Aunque a raíz de la crisis las subastas se dispararon en los juzgados de Vigo, el gran problema de estos procesos es que la mayoría quedan desiertos. Y en aquellos en los que los lotes se acaban adjudicando, lo habitual es que únicamente despierten el interés de los bancos titulares de las hipotecas que pesan sobre esos bienes. Pero esto no fue lo que sucedió en una puja celebrada esta semana en el Juzgado de lo Mercantil de la urbe olívica. Todo lo contrario, porque se convirtió en la cita con más postores que se recuerda en este tribunal: fue una subasta muy dinámica que se prolongó durante tres horas. Por lo que se podía pujar era por 136 bienes valorados en casi 5 millones de euros de la promotora Inversiones Porriño, vinculada al grupo Mario Puentes: excepto dos solares, el resto eran pisos, plazas de garaje y trasteros de un edificio de la calle porriñesa Antonio Palacios. Y además de la Sareb y de Abanca, acudieron otros 13 postores, la mayoría particulares pero también algún subastero profesional.

Inversiones Porriño S.L., que entró en concurso de acreedores en julio de 2015, se encuentra en proceso de liquidación. La empresa se vio abocada a esta situación apenas cinco meses después de declararse el concurso de la firma matriz, Construcciones y Promociones Mario Puentes S.L., también en fase de liquidación: de hecho comparten la misma administración concursal. En el caso de Inversiones Porriño su activo, de 4,9 millones de euros, lo conforman los bienes que protagonizaron la multitudinaria subasta de este martes en el tribunal de lo Mercantil: con la excepción de dos solares ubicados en la calle Servando Ramilo de Porriño, los restantes lotes lo conformaban viviendas, trasteros y plazas de garaje del edificio número 6-8 de la calle Antonio Palacios, muy próximo a la sede del Ayuntamiento porriñés.

El interés que despertó la puja fue enorme. Como era previsible entre los postores estaban la Sareb -de quien depende la hipoteca de 131 bienes- y Abanca -acreedor para el caso de los 5 restantes-. Pero acudieron 13 ofertantes más: gran parte de ellos fueron particulares interesados por viviendas, aunque también hubo subasteros habituales. Ni siquiera la puja de una farmacia celebrada en 2014 en esta sala, con varios postores, levantó tal expectación.

La subasta, celebrada en una sala de vistas, estuvo reñida. En casi treinta inmuebles -27- la puja superó el 70% del valor de tasación, motivo por el cual se aprobó el remate en favor del mejor postor, lo que supone la adjudicación del bien: 20 a los bancos acreedores y los 7 restantes a ciudadanos que lograron presentar la mejor oferta. Una vivienda por 103.000 euros fue la más alta ya adjudicada, y un trastero por poco más de 1.000, la más baja.

En los restantes 109 bienes también hubo ofertas, si bien no alcanzaron ese mínimo del 70% por lo que ahora se abre el plazo por si se presentan posturas mejores. De no haberlas, lo más probable es que se otorguen a los que pujaron en la subasta por ellos. Aunque a raíz de una reforma legal las pujas ahora son telemáticas, en este caso se hizo presencial, al modo tradicional, ya que así se contemplaba en las condiciones del plan de liquidación.

Esta puja supone el fin del proceso de liquidación de Inversiones Porriño. En el caso de Mario Puentes, aunque la administración concursal vendió bienes, es previsible que haya que realizar alguna subasta.