El Servicio de Microbiología tiene a los profesionales, el conocimiento y la tecnología, pero le falta el espacio para desarrollar lo que sabe hacer. Con la actuación que ayer salió a licitación, gana alrededor de 700 metros cuadrados más. Su responsable, el doctor Benito Regueiro la defiende como "una inversión estratégica" y enfatiza que les "va a permitir todo". "Habrá unos espacios dignos que redundarán en una mayor seguridad y rapidez en el procesamiento de las muestras y, por tanto, en una mejor atención al paciente", sostiene.

El jefe del servicio destaca que, sobre todo, permitirá "un mejor control ambiental" y hacer seguimientos "más eficaces" de los microorganismos resistentes. Prevé ampliar la cartera de pruebas que se hacen en el Cunqueiro, por ejemplo, para dar resultados ágiles en los casos de patologías respiratorias.

"El siguiente paso, son los proyectos de investigación", avanza este catedrático de la Universidad de Santiago, el único del Chuvi, que ha aparcado esta labor por el momento por la falta de espacio. Tiene muchos campos en mente: manipulación de la microbiota, odontología y flora dental, enfermedades emergentes y de transmisión sexual... Quiere aprovechar el "importantísimo polo industrial de biomedicina y la relación con la universidad".

Cuenta que, con el reducido espacio del que los profesionales del servicio disponían en el laboratorio de respuesta rápida del Cunqueiro y la concentración en el Meixoeiro con las unidades que antes estaban en el Xeral, los profesionales trabajan en "una situación provisional muy dura". Destaca el "mérito" de la plantilla por desempeñar su labor en estas "condiciones incómodas" y también agradece a la Administración que haya decidido "invertir" la situación. Entiende que el nuevo hospital abrió con unos "recursos dados" y que solo era cuestión de tiempo "deslocalizar" otros. "Creo que se ha tardado poco", considera y entiende que "previsiblemente" el Cunqueiro "irá adquiriendo más cosas" en otros ámbitos médicos.