El Náutico está ya oficialmente en concurso de acreedores. En concreto, en "concurso voluntario abreviado", lo que significa que los plazos que habitualmente rigen estos procesos serán más cortos. El Juzgado de lo Mercantil nº 3 de Vigo aceptó ayer la solicitud que a principios de octubre había presentado la directiva del club, quien decidió acogerse al concurso para negociar una deuda de 5,1 millones que lastra sus finanzas desde hace años.

En su edicto la sala viguesa nombra además al administrador concursal, cargo que recae en Tomás Santodomingo, un abogado con despacho en la ciudad y experiencia en estos procesos. También señala a los acreedores que tienen un mes -a contar desde la publicación del anuncio en el BOE- para informar al administrador de los "créditos" que tiene pendiente el club con ellos y enviar toda su documentación.

Poco después de que el juzgado publicase el edicto y revelase su elección como administrador concursal, Santodomingo mostraba su disposición a trabajar por la sociedad, su plantilla y sus acreedores. "El Náutico es una institución e intentaremos que salga fortalecido", explica el letrado, quien muestra su "confianza" en que el proceso no derive en la disolución del club.

Aunque Santodomingo reconoce que aún no ha tenido tiempo para examinar a fondo toda la documentación del club, sí avanza cuáles serán sus próximos pasos. El primero, tras entrar en contacto con los diferentes acreedores, pasará por elabora un informe que esclarezca el activo y pasivo del Náutico.

La directiva de la sociedad explica que su mora asciende a cerca de 5,1 millones, de los que 3,8 se correspondería con obligaciones contraídas con otras entidades y 1,3 con su propia Sociedad Anónima (S.A.). Sus balances cifran el saldo negativo del club en dos millones. Fuentes judiciales sitúan el activo en 4,75 millones y el pasivo en 4,11 y afirman que el Náutico suma un centenar de acreedores, entre los que se contarían la Autoridad Portuaria de Vigo, la Tesorería de la Seguridad Social, los ayuntamientos de Vigo y Nigrán o Abanca, la principal y a la que se deben cerca de dos millones.

Según las mismas fuentes judiciales, la emblemática sociedad tendría suscritas hipotecas desde 1965, además de atesorar cinco propiedades y más de 60 empleados. Desde el club se explica que la plantilla actual alcanza los 72 trabajadores, incluidos los monitores que atienden a los cerca de 1.700 niños que participan en las diferentes escuelas que dirige el Náutico, como la de natación, vela o sincronizada.

"Mi voluntad es colaborar para que el club salga del concurso, y lo haga demás en una situación mejor", apostilla Santodomingo. No será el primer concurso con el que lidie. Hace poco desempeñaba esa misma función en el proceso del Hotel Torre do Deza, en Lalín.

Plazos más cortos

Expertos en la ley concursal explican que los procesos abreviados no suelen ser especialmente complejos. Para poder optar a ellos es necesario que el pasivo y el activo sean inferiores a cinco millones, como ocurre con el Náutico, y su principal ventaja es la celeridad, ya que los plazos "normales" se acortan.

La directiva del Náutico insistió desde el inicio en que su intención era encarar un proceso rápido, "exprés", que le permitiera elaborar las cuentas de 2017 con el horizonte despejado. Aunque reconocen que el tempo de las negociaciones no dependerá solo de ellos, fuentes del club siguen mostrando su confianza en que no se agoten los plazos previstos por la ley y se fijan como meta alcanzar ese punto entre marzo y abril. Desde el ámbito legal se apostilla que será difícil cerrar el proceso en menos de seis meses.

La declaración formal del concurso llega solo dos días después de que la junta recibiese, el martes, el respaldo de sus afiliados para negociar con los acreedores. Durante una asamblea tranquila los socios dieron su apoyo a la directiva que lidera Justo González Ballesta para "sentarse con tranquilidad" con las diferentes empresas e instituciones a las que el club debe facturas.

La reunión también sirvió al equipo de gobierno para bosquejar su hoja de ruta. Según explicó Ballesta, la entidad intentará reducir al máximo su deuda de 5,1 millones, para lo que negociará quitas y aplazamientos de pagos. Ya en clave de futuro detalló que se buscará fortalecer los ingresos por actividad.