Hallazgo histórico en las obras de humanización de García Barbón. Si hace quince días los trabajos dejaban al descubierto viejas tajeas de piedra para transportar el agua de la red de saneamiento de más de un siglo de antigüedad, ahora han sacado a la luz las vías del antiguo tranvía que llegó a transportar a 20 millones de usuarios anuales en los cuarenta y que dejó de funcionar en diciembre de 1968.
A punto de cumplirse el medio siglo desde que el último vehículo entrara en las cocheras de Tranvías Eléctricos de Vigo, la excavación realizada en García Barbón para renovar la calzada y las canalizaciones de agua ha permitido comprobar que los antiguos raíles seguían en su sitio como recuerdo de unos años de gran progreso para la ciudad. "Están las dos vías enterradas, por lo tanto, cuatro carriles que han aparecido durante la ejecución de la tajea a lo largo de 300 metros de calle", confirmaron desde el gobierno local.
Una grúa se encargó de retirar las vías. Lo habitual en estos casos es que se enviasen a un gestor autorizado para su tratamiento, pero el Concello ha decidido guardar las piezas mejor conservadas en el parque central de Vías y Obras con la intención de tenerlas disponibles en el futuro por si se encuentra la ocasión de recuperarlas y contar una parte tan importante de la historia local.
A apenas 50 centímetros de profundidad han aparecido las vías del antiguo tranvía puesto en marcha en junio de 1914 y que hubiese cumplido cien años en 2014. Pocos sabían que una de las calles con más tráfico de la ciudad conservaba parte del antiguo trazado del tranvía, que fue el primer germen de un auténtico servicio de transporte metropolitano al extender sus vehículos hasta Baiona, O Porriño y el entonces concello de Lavadores.
Las vías desmontadas en la última semana formaban parte de la línea número 1 que comunicaba Pereiró con O Calvario y pasaba por Traviesas, el hospital militar, Peniche, Porta do Sol y subía por Urzáiz y Casablanca hasta O Calvario. Pero quedan todavía kilómetros de vías dobles -dos direcciones- en otras muchas zonas del municipio teniendo en cuenta que las nueve líneas que funcionaban en 1941 cubrían Bouzas, Cabral, Os Caños, Seixo, A Florida o Chapela y en algunas ocasiones la apurada expansión de Vigo en los años 70 propiciaba que se asfaltara por encima sin desmontar las estructuras metálicas del subsuelo.
Estas vías que por ahora se almacenarán sin un destino claro serán un recordatorio permanente de una iniciativa de enorme éxito que marcó el progreso de Vigo y que pusieron en marcha dos emigrantes: Manuel Losada y Martín Echegaray, promotor de una comida en Toralla en 1911 que sería el germen de la sociedad Tranvías Eléctricos de Vigo que inició las pruebas en junio de 1914 y dejó de prestar servicio 54 años después.
