Los desvíos a consecuencia de las obras en el Corredor de O Morrazo supondrán un trastorno para los miles de conductores que transitan a diario por este vial. Crucial en las comunicaciones entre ambas orillas de la ría, buena parte del tráfico lo protagonizan las personas con su puesto de trabajo en Vigo. No hay más que analizar las horas donde se registra mayor densidad circulatoria, como en la franja de 6.30 a 8.30, por ejemplo, para comprobarlo.

De ahí que Ethel Vázquez avanzase ayer que debido a la alteración de tráfico en la PO-551 se reforzará la señalización e información a los usuarios y hace un llamamiento, al igual que la alcaldesa de Moaña al uso del transporte público metropolitano, con reducción de precios, y del coche compartido, para retirar vehículos de las carreteras. La titular del departamento autonómico pidió disculpas a los usuarios por el inconveniente por este cierre del corredor, pero insistió en que se trata de garantizar la máxima seguridad: "No conviene asumir el riesgo de que la caída de una piedra desde un talud a 25 metros provoque un accidente".

El estudio geotécnico falló

La Xunta siempre había anunciado que las obras se iban a ejecutar sin necesidad de cortes de tráfico, salvo en casos puntuales por voladuras. Pero el desprendimiento en la del 29 de septiembre, en Domaio, echó por tierra estas optimistas previsiones. Las causas de aquel desprendimiento están relacionadas, según el informe técnico, "con la imposibilidad de conocer las características geotécnicas de toda la traza, dado que no es posible tomar muestras ni realizar ensayos que permitan detectar con fiabilidad las características del material en una zona tan heterogénea como la península de O Morrazo, aún como en este caso, que el proyecto cuenta con su informe geotécnico".