"Estados Unidos no creó la fiesta de los difuntos. Mucho antes ya la teníamos aquí y se conocía como Samaín. Luego viajó junto con los emigrantes irlandeses al continente americano y cuando hizo el camino de vuelta tenía otro nombre, pero su raíz está en la cultura celta". Isabel Pousada, responsable del Museo Liste, pone en valor el origen de una de las festividades más antiguas de Galicia.

Desde ayer y hasta el próximo viernes más de 300 escolares pasarán por las instalaciones del museo para conocer de cerca la historia y particularidades del Samaín, que cada mes de octubre sigue ganando adeptos entre los más pequeños. "A los niños les encanta disfrazarse y pasarlo bien, por lo que es fácil que se enganchen a esta fiesta", comenta Pousada, quien añade que "a veces es difícil competir contra el marketing que rodea a Halloween, pero es labor de todos darle importancia a nuestras tradiciones".

Cada año la celebración del Samaín es una de las que más éxito tienen en el Liste y son varios los centros educativos que se quedan sin poder visitar el recinto por falta de tiempo. "Los colegios quieren que sus estudiantes más pequeños se diviertan mientras aprenden sobre una de las creencias más antiguas de la zona", explica la responsable de la sala.

Entre los juegos programados para los niños y niñas asistentes, que cada año son diferentes, destacan los cuentos de terror -adaptados a las edades de los visitantes-, el taller de maquillaje, la creación de dulces y la búsqueda de manzanas por las habitaciones del edificio.

La fruta escogida no es una decisión al azar. El Samaín coincide con el fin del verano y de las cosechas, y las manzanas eran uno de los alimentos que más abundaban en la época. Narran los libros de historia que los druidas desarrollaban varios ritos espirituales para realizar sus posteriores predicciones,.- Uno de ellos consistía en el conocido juego "pesca la manzana". De todos los participantes, el que antes cogiese con la boca una de estas piezas, sumergidas en un gran barreño, sería el primero en casarse de toda la comunidad. "Evidentemente a los niños no les decimos eso porque no tiene sentido para ellos", aclara Pousada.

Durante una hora los jóvenes estudiantes realizan varias actividades. En cuestión de minutos pasan de estar maquillándose para la ocasión a escuchar historias terroríficas que les acercan de una manera más lúdica a esta longeva tradición céltica. El objetivo de los centros, ayudados por el Museo Liste, es el de revalorizar la fiesta del Samaín. Porque difuntos hay en todos los rincones, pero según la leyenda, los de Galicia fueron uno de los primeros.