Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alberto Ulloa Meijide: "Algo de estrés te pone en alerta, pero sin perder los nervios"

Alberto Ulloa, Premio Extraordinario de Bachillerato, aconseja evitar los atracones finales: "Nunca dejé de hacer planes por un examen"

Alberto Ulloa frente a la Facultad de Medicina de Santiago. // X. Álvarez

Se puede compatibilizar la música, los amigos y un excelente currículo académico. Alberto Ulloa Meijide es un claro ejemplo de ello. Este joven vigués de 18 años acaba de recibir uno de los Premios Extraordinarios de Bachillerato del curso 2015/2016 tras haber logrado una puntuación de 26,4 sobre 30 en las pruebas a las que somete a los aspirantes la Consellería de Cultura y Educación. El examen lo realizó en julio y la distinción le llega tras haber realizado un importante cambio en su vida con el traslado a Santiago para estudiar Medicina.

Con una facilidad innata para los estudios, Alberto asegura que prestando atención en clase, llevando el trabajo al día y preparando los exámenes trimestrales en el CPR Plurilingüe Apóstol Santiago le fue suficiente para alcanzar su ambicioso objetivo. "Es bueno estar sometido a un poco de estrés porque eso te hace estar alerta, pero no hay que perder los nervios y para ello la única receta que conozco es la constancia", explica con gran madurez tras agradecer el apoyo de sus profesores.

"Siempre nos motivaron y en mi caso me animaron a participar en la convocatoria", recuerda Alberto, que estudió Bachillerato de Ciencias de la Salud en Jesuitas y todavía no ha decidido en qué rama de la Medicina quiere especializarse. "Es demasiado pronto, pero tenía claro desde hace años lo que quería estudiar porque fundamentalmente me interesa la parte de investigación", relata a FARO mientras recibe felicitaciones de familiares y amigos y antes de acudir a clase de 15.30 a 21.00 horas.

Reconoce que está experimentando "un gran salto" con la independencia en Santiago y que regresa los fines de semana a casa para estar con los suyos, a los que afirma que no tuvo que renunciar para finalizar Bachillerato con una nota de 9,9. "Se puede compatibilizar la familia, los amigos y los estudios. Nunca dejé de hacer planes por culpa de no llegar a tiempo a un examen. Soy constante", reconoce este vigués al que se le dan especialmente bien las Matemáticas y que adora la Biología. Prueba de su capacidad para manejar los tiempos es que estudió en la Escuela de Música del Concello ocho años hasta cuarto de la ESO y reconoce que regresó al violonchelo en 2º de Bachillerato pese a lo que se jugaba. "Era un día a la semana y se podía llevar perfectamente" apunta este exalumno del colegio Apóstol Santiago, cuyo director, Iván Mirón, lo considera un ejemplo. "Fue un estudiante fantástico no solo en lo académico. Era participativo y voluntarioso para todo", destaca.

Compartir el artículo

stats