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Bioingeniería astur, no gallega

Asturias adelanta a Vigo con la primera titulación de Ingeniería Biomédica del Noroeste peninsular

El Cinbio, en primer plano, y detrás el MTI, en el área de las ingenierías del campus. // J. Lores

Asturias se adelanta a Vigo en la implantación de los estudios de Ingeniería Biomédica con lo que pasará a convertirse en la primera universidad de todo el Noroeste peninsular en ofrecer estos estudios. Aunque el Consello Social de la Universidad viguesa ya defendió en 2011 la conveniencia de reclamar esta titulación basándose en la acreditada capacidad del campus del sur de Galicia en ingeniería y ciencias nunca llegó a solicitarse de forma oficial ante la Xunta.

El ámbito empresarial y la Fundación para la Investigación Biosanitaria de Asturias (Finba) respalda la iniciativa del máster de la universidad ovetense que integraría a los profesionales de la Escuela Politécnica de Gijón y de la Facultad de Medicina de Oviedo. Según su equipo rectoral, no serían necesarios nuevos profesores y el coste de la puesta en marcha del posgrado sería de 36.000 euros.

Los argumentos para implantar un grado en Vigo son muy similares, ya que el campus reúne la mayoría de departamentos necesarios en sus escuelas y facultades de Industriales, Telecomunicación, Biología y Económicas. Además, desde que se propuso crear este título, la Universidad ha lanzado el Centro de Investigación Biomédica (Cinbio), que aún no ha sido inaugurado oficialmente pero que ya acoge a grupos de investigación.

A este potencial se une el nuevo hospital Álvaro Cunqueiro, que incluye espacios para docencia e investigación, y el Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Galicia (Gradiant), con sede en el propio campus y una línea específica dedicada a la salud y el bienestar.

El cirujano y exjefe de servicio del Chuvi Julio Estévez propuso la implantación de esta carrera en 2011 como miembro del Consello Social de la Universidad, órgano consultivo que respaldó la iniciativa y que la trasladó al rector para que éste solicitase formalmente el título al Gobierno gallego.

El mapa de titulaciones se abrió poco después, pero aunque el Rectorado se manifestó públicamente en varias ocasiones a favor de la titulación nunca inició el proceso de solicitud ante la secretaría xeral de Universidades y la Axencia de Calidade (ACSUG).

Vigo jugaba además con la baza de ser la primera universidad gallega en reclamar estos estudios y desde el Consello Social se remarcó esta "prioridad" frente a posibles peticiones de Santiago o A Coruña.

Hay que recordar que los planes vigueses para impartir Ingeniería Biomédica coincidieron en el tiempo con las complejas negociaciones entre la universidad compostelana, sus dos homólogas gallegas y la Xunta para descentralizar la docencia de Medicina.

El entonces rector santiagués, Juan Casares Long, se resistía a esta reclamación y también a la de Ingeniería Biomédica llegando a afirmar en una entrevista que él también podía "pedir la luna".

Mientras tanto, el resto de universidades españolas han añadido esta titulación a su oferta académica. Si en el curso 2010/11 solo impartían el grado Carlos III, Navarra, Barcelona y Politécnica de Cataluña, hoy suman doce campus públicos y privados en todo el país.

La aspiración viguesa se basa en la existencia de los recursos humanos y las infraestructuras necesarias. Una suma de circunstancias que no harían necesaria una gran inversión y que no se dan ni en A Coruña ni en Santiago. Según la planificación realizada en su momento por Julio Estévez solo sería necesario crear un departamento específico de Bioingeniería y contratar a una plantilla de tres catedráticos y entre dos y cinco profesores titulares.

El potencial vigués en las ingenierías y las ciencias biológicas está de sobra reconocido. La Escuela de Industriales figura entre las primeras de todo el país y es la segunda en Ciencias de los Materiales, uno de los campos que implica la Ingeniería Biomédica. El grupo de Química Coloidal, que también trabaja en este campo, más en concreto, en el diseño de nanopartículas, cuenta con algunos de los investigadores de mayor repercusión de la Universidad. Y el genetista David Posada investiga la evolución del cáncer con una ayuda europea de 2 millones de euros.

Además, la Escuela de Telecomunicación y la Facultad de Económicas destacan en la aplicación de las matemáticas a la biomedicina y la gestión de los datos sanitarios. Al primer centro pertenece Ramón Hermida, catedrático de Ingeniería Biomédica e impulsor de estos estudios en Vigo en los años 80, cuando la especialidad comenzaba a emerger en España. El experto sostiene que la universidad olívica y el sur de Galicia tienen capacidad en este ámbito para poder ofrecer esta formación y avanzar en desarrollos científicos y tecnológicos.

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