La Presidencia del Partido Popular vigués es la gran asignatura pendiente de la formación que preside en Galicia Alberto Núñez Feijóo. Para muchos militantes es difícil de entender que la agrupación con más carnés de la comunidad lleve dos años en una situación de interinidad, con un presidente, José Manuel Figueroa, que no ejerce como tal y con una portavoz municipal, Elena Muñoz, que en cambio sí lo ha hecho en numerosos actos públicos sin haber sido nombrada. Y esta situación extraña se prolongará al menos otros dos meses.

Porque la junta local del PP decidió ayer aparcar la convocatoria del congreso que debería elegir al nuevo líder del partido hasta que no se despeje la incertidumbre política nacional. A final de mes se sabrá si finalmente se celebran unos terceros comicios o si Mariano Rajoy revalidará su cargo de presidente gracias a la abstención de los socialistas. Si se da el segundo escenario, Figueroa -impelido por un militante próximo a Javier Guerra, quien no asistió a la reunión, a explicitar el calendario- se comprometió a convocar una reunión exprés para fijar la fecha del congreso local. Pero si ocurre la primera hipótesis, el cónclave deberá esperar. Todavía más.

La junta directiva centró la mayor parte del tiempo en analizar los resultados obtenidos por el PP en las elecciones autonómicas del 25 de septiembre. Aunque los responsables de distritos aprovecharon para comparar sus respectivos datos, todos concluyeron que el balance había sido digno, aunque claramente insuficiente ante el reto de reconquistar la Alcaldía. "Parece que vamos de menos a más, pero el camino que queda es todavía demasiado largo", resumió uno de los asistentes.