Vecinos y comerciantes del Casco Vello aguardan que la futura sede de la Universidad de Vigo en O Berbés suponga un punto de inflexión en la recuperación de la "cuna de Vigo". En esos soportales ahora en ruinas empezó el desarrollo de la ciudad y en el proyecto de reconstrucción de tres casas mariñeiras en los números 11, 13 y 15 de la plaza están depositadas muchas esperanzas. El barrio que vio nacer a Vigo se ha quedado al margen de la profunda transformación que está experimentando el casco histórico y el desembarco de la Universidad podría ser el acicate para renovar toda la fachada de O Berbés.

Se trata además de una actuación estratégica para la institución porque le permitirá regresar al centro tras abandonar el antiguo Rectorado de Areal hace ya diez años. Junto a una sede institucional y de I+D+i está previsto que el nuevo inmueble acoja el Centro de Lenguas, aulas para mayores y espacios para coworking, como se anunció en abril durante la firma del convenio con la Xunta, que a través del Consorcio Casco Vello de Vigo, participado en un 90% por Infraestructuras y en un 10% por el Concello de Vigo, cede de forma gratuita el espacio durante cuarenta años.

Por medio de un concurso de ideas se seleccionó el proyecto del estudio Abalo Alonso para devolver la vida a una zona en ruinas desde hace años. Su diseño reinterpreta las antiguas barcazas de pescadores y las galerías tradicionales de las casas mariñeiras que daban a la plaza y opta por la madera como elemento central para unir tradición y modernidad.

Esta actuación supone cumplir una deuda pendiente con la historia local. Esas casas ahora casi desaparecidas estaban en primera línea de mar. Mantenían una perfecta simetría entre ellas y todas constaban de dos plantas: la inferior usada para almacenamiento de redes, anzuelos y demás aparejos de pesca o pescado en salazón, mientras en la superior residían las familias. En la misma playa se recogía, se limpiaba y se repartía el pescado, lo que deja intuir un paisaje y unas condiciones de salubridad muy distantes del aura casi romántica que nos trasladan los grabados de la época.

Los tres edificios que se rehabilitarán suman 1.503 m2 y el proyecto elegido conserva por estar sujetos al Pepri del Casco Vello los icónicos soportales donde se almacenaban las rudimentarias embarcaciones para faenar. O Berbés fue el primer puerto pesquero de Vigo. Empezó a transformarse con el inicio del relleno de Cánovas del Castillo en 1892.

A finales del siglo XIX las fábricas de conserva estaban en pleno apogeo y consumían grandes cantidades de hoja de lata que se importaban desde Bilbao e Inglaterra. La falta de envases llevó a varias factorías a detener la producción en 1899 y provocó una gran movilización ciudadana en 1900. Es en este contexto en el que el empresario Antonio Alonso Santodomingo decide crear la primera empresa de litografía sobre hojalata gallega junto a Guillermo Curbera y José Barreras Massó, ingeniero que se encargó además de diseñar La Metalúrgica.

Los inicios fueron duros y llevaron a Pumariega a abandonar la empresa y fundar en Coia otra fábrica de envases metálicos litografiados: La Artística. Las dos firmas viguesas, junto a La Artística de A Coruña, lideraron el sector a nivel estatal. Las exigencias de la industria obligaron en 1917 a incorporar nuevos procesos de fabricación en García Barbón y emprender una primera ampliación con proyecto de Jenaro de La Fuente en terrenos aledaños. A esta le seguiría otra segunda hacia el lado derecho del inmueble de la que se encargó Castro Represas.

La factoría funcionó durante medio siglo y fue abandonada en la década de los 50. Las naves ya desaparecidas fueron utilizadas como parque de bomberos antes de servir de cocheras a la Policía Nacional.

La parcela languidecía cuando en 2005 la Tesorería General de la Seguridad Social compró parte del solar de La Metalúrgica a la Policía Nacional por 10,8 millones. En 2007 se anunció la entrada en funcionamiento del nuevo edificio de oficinas en 2010, pero no fue hasta marzo de 2016 y tras concederle el Concello cuatro prórrogas en la licencia de obra al Ministerio de Empleo cuando se puso la primera primera. El nuevo inmueble tendrá 13.000 m2 construidos sobre dos torres, una de seis plantas hacia García Barbón y otra de cuatro alturas hacia Serafín Avendaño. La obra avanza lenta y aún no es visible.

La fachada histórica está protegida y será restaurada. El edificio se construirá un metro por detrás. El historiador Francisco Pérez, autor del libro Arquitectura industrial en Vigo (1898-1939) reconoce que el principal desafío es "hacer que encaje la parte histórica con la nueva construcción".