Los casos de internamientos en centros psiquiátricos de menores por autismo no resulta un dato que sorprenda al director del centro Menela, orientado a la atención de alumnado con el trastorno del espectro del autismo (TEA). Cipriano Jimémez sostiene que desde que catalogaron al autismo como un espectro, éste engloba muchos más trastornos y patologías que antes, por lo que los ingresos se han multiplicado. "Pacientes con síndrome de Asperger o con patologías como la epilepsia ya son incluidos en el autismo, por lo que el internamiento de jóvenes o menores por este trastorno se han incrementado", argumenta Jiménez.

El director de Menela señala que los motivos, en el caso de menores, que generan sus ingresos en hospitales y centros psiquiátricos son múltiples: "Desde problemas de conducta como una excesiva agresividad hasta un contexto familiar inestable o conflictivo. Hay que valorar muchos aspectos y diagnosticar con criterio", asevera Cipriano Jiménez. Señala además que en multitud de casos estos menores precisan de una atención continua, especial y personalizada. "Necesitan vigilancia las 24 horas del día. Hay familias que se ven superadas por esta situación y necesitan que el joven esté internado en un centro especializado correspondiente a sus necesidades", apunta el también psiquiatra Cipriano Jiménez.