Cuando el conflicto preside la relación entre una pareja separada que tiene hijos menores, cualquier cuestión puede acabar ante el juez. Y más si se trata de decisiones importantes. Y esto es lo que se está percibiendo en los juzgados vigueses con dos situaciones: las escolarizaciones y los pasaportes. Para ambos trámites es necesaria la firma de ambos progenitores. Y cuando uno de los dos no quiere estampar su rúbrica es cuando es preciso acudir ante un magistrado para poner solución al problema.

"Para realizar una matrícula en un colegio exigen la firma de los dos progenitores, de los dos titulares de la patria potestad", dicen las fuentes consultadas. Muchas veces sin embargo los padres no se ponen de acuerdo. "En época de escolarización nos encontramos con muchos casos", afirman en uno de los juzgados de Familia. Y ante esa falta de entendimiento es finalmente el juez el que debe decidir y atribuir la facultad a uno de los padres. "A veces el desacuerdo es que cada uno quiere un colegio distinto; se decide escuchando a las partes, incluso al niño si tiene más de 12 años, y examinando las circunstancias", señalan.

El mismo problema con las firmas ocurre a la hora de hacer el pasaporte al niño. La Policía Nacional también requiere las rúbricas de ambos progenitores. "Un caso habitual es que uno quiere llevarlo de vacaciones y el otro se opone a firmar", describen. Aquí también es el juez el que, si no hay ninguna circunstancia que lo desaconseje, realiza una resolución autorizando al cónyuge que lo solicita para que le expidan el pasaporte de su hijo.