Rosetta, que se orienta mirando a las estrellas "como los antiguos navegantes", finalizará su misión el próximo día 30 tras orbitar durante dos años sobre 67P/Churyumov-Gerasimenko, "Churi" o "el cometa, a secas" en el argot diario del ESAC.

"La misión ya se prolongó 6 meses y no puede continuar porque ahora mismo se encuentra a 683 millones de kilómetros de la tierra y cada vez se aleja más del Sol, por lo que llegará un momento en el que carezca de energía. Los científicos han optado por una colisión controlada con el núcleo del cometa para obtener más información", explica Fraga.

Durante su descenso, Rosetta registrará datos e imágenes a muy corta distancia que serán documentados en Villanueva de la Cañada: "Casi todo el equipo de operaciones de Alemania y Madrid se desmantelará pero nuestro grupo de archivado tiene trabajo para unos tres años más".

El día 30 se vivirá de manera "muy especial" tanto en el centro madrileño de la ESA como en el ESOC de Darmstadt. Ambos acogerán actos simultáneos a los que han sido invitados trabajadores y familiares, además de los medios para que sean testigos de otra fecha histórica. "En Alemania tendrán más trabajo, nosotros lo viviremos de forma más relajada", brome Diego Fraga.

La participación española en la Misión Rosetta también incluye la antena de Robledo de Chavela, que pertenece a la NASA. Es una de las mayores del mundo y, por tanto, capaz de recibir la débil señal de la sonda. Fue creada como centro de comunicación con las misiones Apolo a la Luna.