Una infraestructuras que concentra a diario a alrededor de 8.000 personas entre trabajadores, pacientes ingresados, acompañantes y enfermos que acuden a consultas externas se convierte en foco de atracción para los carteristas. El servicio de seguridad del hospital Álvaro Cunqueiro registra desde su apertura una media de 13 robos mensuales. No es una cifra excepcional y desde el Sergas incluso insisten en que está "ligeramente" por debajo de los datos que manejaban en el antiguo Xeral. Lo que sucede es que las dimensiones del nuevo inmueble unidas a la imposibilidad de colocar cámaras en las áreas de hospitalización y el proceder cada vez más cuidadoso de los ladrones convierte en misión casi imposible dar con los responsables. Fuentes conocedoras de la investigación apuntan a que podría tratarse de "profesionales" que han ido perfeccionando sus tácticas para evitar ser reconocidos.

Las últimas denuncias dejan constancia de que abren los bolsos que la gente deja en las habitaciones o zonas comunes para llevarse la cartera o el móvil y vuelven a cerrarlos. De esta forma consiguen que las víctimas tarden horas o incluso no lleguen a denunciar lo ocurrido hasta el día siguiente, dificultando de forma notable el trabajo de la empresa de seguridad y de la Policía Nacional a la hora de identificar posibles sospechosos.

Estas mismas fuentes no descartan que se trate de "un grupo que actúa en hospitales de toda España y que ahora mismo se encontraría en Vigo". Insisten, no obstante, en que se llevan los objetos personales que se encuentran de forma fortuita. "El 95,5% son acciones al descuido sin violencia", apuntan desde la investigación. Gracias a la colaboración entre el personal de seguridad del hospital y la Policía Nacional se logró detener de forma reciente a dos individuos, uno de ellos con experiencia en centros sanitarios de la ciudad.

"Se detectó un mismo rostro de forma frecuente y en días señalados en el Álvaro Cunqueiro, en Povisa y en Fátima", destacan desde Comisaría, donde un equipo trabaja para esclarecer estos casos aunque reconocen que se trata de "un trabajo lento y laborioso".

"Hay que visionar cientos de horas de vídeo y si no se puede establecer una hora aproximada la misión se vuelve casi imposible porque en el Cunqueiro entran miles de personas cada día", reconocen desde Comisaría, que rehúsa por ahora ofrecer un perfil de los posibles responsables debido a la casuística tan variada de las denuncias.

Afirman que son robos al descuido sin violencia y atribuyen la incidencia al propio ambiente del hospital en el que la gente "baja la guardia porque está preocupada por otras cuestiones". La Policía explica que dentro de las conversaciones con la dirección del hospital se llegó a proponer a que con cada ingreso "se repartiera una especie de circular con consejos de prevención". Por el momento no se adoptó esta recomendación, aunque la última familia que denunció dos robos el lunes por la mañana sí reconoce que nada más llegar a planta el personal les advirtió de que no dejaran nada de valor a la vista.

La principal medida para erradicar estas prácticas es el circuito de seguridad con 186 cámaras repartidas por todo el edificio y desde el Sergas anuncian la instalación de otras 20 "antes de final de año". Son 113.000 m2 de uso sanitario a controlar con el hándicap de que no se pueden instalar en la zona de hospitalización. Recuerdan a los pacientes que tienen a su disposición una caja de seguridad para dejar las cosas de más valor.