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Las consecuencias de la sobrecarga judicial

El atasco de Toxicología de Madrid retrasa hasta nueve meses autopsias de Vigo

Los análisis histopatológicos tardan entre medio año y nueve meses. El estudio de tóxicos, hasta 90 días

La sede viguesa del Imelga está en los juzgados. // Marta G. Brea

La pasada semana Francisco Javier Barros, marido de la mujer fallecida en enero en los pasillos del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, denunciaba que la investigación judicial de este caso está en punto muerto. La razón, afirman en el juzgado instructor, es que nueve meses después de esta muerte aún están pendientes del informe definitivo de la autopsia, que, recalcan, resulta clave para enfocar las diligencias. La demora en este asunto es especialmente elevada, pero no una excepción en los tribunales olívicos. Y el embudo no está en Vigo, sino en Madrid, en la sede del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de la que territorialmente depende, junto a otras ocho comunidades, la de Galicia. Cuando se lleva a cabo una necropsia, en la gran mayoría de casos se precisan estudios complementarios que deben hacerse en ese centro madrileño. Uno de los análisis que se más se piden es el histopatológico, para determinar o ayudar a explicar la causa de un fallecimiento. Y a día de hoy, salvo excepciones, el informe con esos resultados tarda un mínimo de medio año en llegar desde que se formaliza la solicitud debido, explican las fuentes consultadas, a la sobrecarga de trabajo existente en ese centro. Y en ocasiones "más". "Están tardando entre seis y nueve meses", concretan.

Los forenses de la sede viguesa del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) realizan las autopsias de las muertes judiciales registradas en Vigo y en los otros municipios de su partido judicial -Baiona, Nigrán y Gondomar-, así como de las localidades de las demarcaciones de Redondela, Tui, Porriño y Ponteareas. Si en 2015 los siete servicios de patología forense de toda Galicia investigaron casi 2.000 fallecimientos, concretamente al de Vigo le correspondieron 368, de las cuales 153 fueron muertes violentas y las 215 restantes, naturales. En este último caso, aunque no haya sospecha de criminalidad, se necesita la intervención de estos profesionales para certificar el deceso o buscar la causa del fallecimiento.

El estudio de una muerte no se reduce al examen inicial del cadáver en el lugar de los hechos y a la autopsia que, en el caso de Vigo, realizan los forenses en el Hospital Nicolás Peña. Generalmente tras esa necropsia sólo se puede hacer un informe preliminar, porque lo usual es que se necesiten estudios complementarios de órganos, muestras biológicas o cualquier elemento o rastro hallado en el cadáver. Todo ello para confirmar las sospechas iniciales sobre la causa de la muerte y sus circunstancias, o determinar otros aspectos que es necesario aclarar desde un punto de vista científico cuando un fallecimiento está bajo la lupa judicial.

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Varios tipos

Y esos análisis no se pueden hacer en Vigo, sino que hay que pedirlos a Madrid, a la sede de las tres del Instituto Nacional de Toxicología de la que, por ámbito territorial, depende Galicia. "En función de las circunstancias de cada caso se pueden solicitar diferentes tipos de análisis: histopatológico, químico-toxicológico, criminalístico, biológico y microbiológico", dicen fuentes de la sede viguesa del Imelga, que añaden que los dos primeros son los que se piden con más frecuencia en los estudios forenses de las muertes. El químico-toxicológico es preceptivo para determinar si existe alcohol, drogas u otro tipo de tóxicos. En la actualidad, desde que se instan a Madrid hasta que llegan los resultados de este estudio concreto, el intervalo de espera se sitúa en unos tres meses.

Mayor sin embargo es la demora en el caso de loa análisis histopatológicos. De entre seis meses y nueve meses, salvo excepciones o que se trate de un caso prioritario que requiera urgencia. "Cuando se produce un fallecimiento lo que se busca es dar una respuesta a la familia lo antes posible, porque es una situación difícil que requiere inmediatez en la información", afirman las fuentes citadas. Si bien señalan que en el Imelga de Vigo esa respuesta sí es rápida, no está bajo el control de la clínica de la ciudad el período de espera de las muestras en el Instituto Nacional de Toxicología en Madrid, donde la demora se debe a la sobrecarga existente el recibir peticiones de prácticamente una decena de comunidades. Recientemente, el personal fue reforzado.

Hasta que llegan esos resultados no se puede hacer el informe médico forense definitivo de la autopsia, que da la respuesta final tras valorar e interpretar todos los hallazgos.

El caso del Cunqueiro o el del vigués afectado de Diógenes, algunos de los pendientes

  • "La mayoría de las instrucciones judiciales se alargan por las pruebas periciales; se nota demora en cuestiones como tasaciones de drogas, estudios contables en casos de delitos económicos o en muchas ocasiones en los informes definitivos de las autopsias, cuando se está pendiente de análisis que tienen que hacer en Madrid". Así se manifiestan en un juzgado de Instrucción de Vigo al preguntar por el retraso en informes que resultan claves en una investigación y sin los cuales en muchas ocasiones no se puede avanzar con rapidez.En lo que a necropsias se refiere, hay muchos casos que están a la espera de los resultados del Instituto Nacional de Toxicología. Por ejemplo el de la mujer fallecida en los pasillos del Hospital Álvaro Cunqueiro. También el de José Ángel Taboada González, el vigués con síndrome de Diógenes fallecido hace cinco meses en su casa de Alcabre rodeado de basura. La autopsia preliminar apunta a causas naturales, pero falta aún el estudio final que aclare todas las circunstancias de esta muerte súbita.

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