El edificio del antiguo restaurante Mirador do Castro se encuentra en muy mal estado al cumplirse siete años desde que cerrara sus puertas. La falta de interés de algún empresario por rehabilitarlo ha sumido las instalaciones en un abandono cada vez más visible. El exterior está lleno de maleza y con el terrazo reventado, pero ahora además han roto los grandes ventanales y la verja exterior y el inmueble sirve de cobijo a indigentes. En una de las salas hay un colchón con ropa de cama y diversos enseres personales de una o varias personas que utilizan el antiguo negocio para dormir.

Al esperable deterioro de la pintura se suman cuadros arrancados, grafitis en varias paredes, la máquina de helados con graves desperfectos y abundante basura que se ha ido acumulando desde que cerrara sus puertas en 2009.

El Concello sacó a concurso en el año 2014 y durante un periodo de 30 años la explotación del local de 1.000 metros cuadrados, con tres plantas, dos terrazas y unas vistas privilegiadas. Ninguna empresa se mostró interesada y medio año después lo intentó a través de una adjudicación directa invitando a varias empresas a participar. Pero tampoco en esta ocasión hubo éxito. Desde el gobierno local aseguran que se está estudiando la opción de sacarlo de nuevo a concurso, aunque la inversión inicial necesaria para rehabilitarlo deberá ser mayor tras el deterioro acumulado.