En la ciudad hay alrededor de 800 personas cada año que gracias al servicio de Axuda no Fogar pueden continuar en su domicilio y mantener su autonomía. El proyecto tiene una gran penetración social y sus trabajadores resultan imprescindibles para cientos de dependientes que precisan asistencia para levantarse y acostarse, apoyo en el cuidado e higiene personal, control de la alimentación, ayuda para moverse o compañía y estimulación para mantenerse activos.
Esta prestación básica se cofinancia con fondos del Concello de Vigo, la Xunta de Galicia y el Estado y será renovada por otros cuatro años en el mes de septiembre, fecha en la que está prevista la adjudicación del concurso público valorado en 19, 9 millones de euros hasta el año 2020. El equipo que actualmente desarrolla este cometido son 6 trabajadoras sociales, una psicóloga, 2 administrativos, 239 auxiliares de ayuda en el hogar y personal de apoyo para la coordinación y gestión del servicio en temas laborales, de prevención de riesgos y calidad.
A lo largo de 2015 se beneficiaron del programa un total de 837 usuarios individuales de los cuales 651 eran mujeres y los 186 restantes, hombres. Durante todo el año se fueron produciendo altas y bajas pero el número de dependientes activos de forma simultánea nunca bajó de los 680.
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El acceso a la Axuda no Fogar es directo para las personas que tienen reconocida la situación de Dependencia por parte de la Xunta y el resto de usuarios lo hacen por libre concurrencia y sujetos a unas tasas públicas que fija cada año el Ayuntamiento en función de los ingresos. Los dependientes que ingresan menos de 532 euros reciben apoyo de forma gratuita, los que se sitúan entre esta franja y los 798 euros mensuales abonan a 1,314 euros la hora, y los situados desde aquí hasta los 1.331 euros al mes pagan 1,971 euros la hora.
La memoria de 2015 del servicio vigués revela que aumenta cada vez más el número de personas que acceden a esta prestación por la cobertura de la Ley de Dependencia, pero aunque suben siguen siendo menos -un 39%- en relación a los usuarios que entran por libre concurrencia.
La estadística permite desgranar un poco el perfil de las personas que precisan asistencia a domicilio. 735 de los 837 usuarios del pasado año eran mayores dependientes, 100 eran discapacitados y 2 eran núcleos familiares con los que se colaboró por estar en riesgo de exclusión.
Del total del grupo y como consecuencia de una mayor esperanza de vida entre las mujeres, el 78% de los beneficiarios son mujeres frente a un 22% de hombres. En cuanto a la distribución por edades, resulta muy significativa.
El año pasado se acogieron al servicio de Axuda no Fogar tres dependientes por debajo de la treintena, y figuran treinta comprendidos entre los 31 y los 50 años. Fueron 166 los que tenían entre 51 y 75 años, y es a partir de aquí cuando las cifras se disparan. El 49% del total -409- tenía más de 85 años y justo en el nivel inferior, entre los 76 y los 85, figuraban 227 personas que representan un 27% de todos los asistidos en el municipio.
Para acceder al programa hay que llevar un mínimo de tres años empadronado en Vigo, encontrarse en una situación de emergencia social, estar en un domicilio que reúna las mínimas condiciones de habitabilidad y abonar las tasas oficiales. También está pensado para personas que tengan una lesión o enfermedad física y, de forma excepcional, por si hubiera que cuidar de menores por ausencia puntual de los padres.
