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Buena acogida casi unánime al proyecto

Entidades que demandan desde hace años recuperar la factoría con nuevos usos, arquitectos y vecinos del Casco Vello Alto ven positiva la iniciativa

Marga Mariño | Outro Vigo é Posible: "Es la mejor solución y hay capacidad para muchísimos usos"

La nueva puerta que puede abrirse a la recuperación de La Panificadora mediante la colaboración entre el Concello y Zona Franca es vista con buenos ojos por vecinos del entorno, arquitectos y varios de los colectivos que más trabajo han hecho en los últimos años para salvar de la ruina la antigua factoría de la calle Falperra, rehabilitándola y dotándola de nuevos usos.

Antonio Davila, delegado del Colegio Oficial de Arquitectos (COAG) en Vigo, considera la iniciativa municipal "una opción interesante" a falta de conocer los pormenores para dar una opinión en profundidad. "Hay que ver bien cómo se va a resolver la situación actual, ya que es una propiedad privada, y conocer los detalles del proyecto, pero siempre es muy positivo que las instituciones colaboren y debe darse una solución a La Panificadora", explica Davila, quien destaca tanto el patrimonio industrial que supone la antigua factoría como la situación privilegiada que ocupa en el centro. "Dejarlo sin resolver es un mal ejemplo", advierte.

La Asociación Casco Vello Alto hace hincapié en la importancia de la emblemática fábrica dentro del proceso de recuperación del barrio. "La rehabilitación del casco histórico no se entiende sin La Panificadora. Es una pieza clave", apunta su presidente, el arquitecto Ramón Viéitez, quien aboga por buscar la máxima conservación del viejo complejo, ahora en estado de abandono. Viéitez también se muestra de acuerdo, a falta de conocer más detalles, con los usos planteados, a, especialmente con la creación de equipamientos culturales.

La iniciativa ha despertado especial ilusión en el colectivo Outro Vigo é Posible, que ya en su momento planteó la idea de que Concello y Zona Franca colaborasen para recuperar la antigua fábrica diseñada por el arquitecto Manuel Gómez Román. "Nos parece genial y es la mejor solución, una manera de reiniciar La Panificadora", explica Marga Mariño, miembro del colectivo.

La asociación comparte los usos propuestos y Mariño apunta que "no pasa nada por que se planteen alguno como el de vivienda, porque La Panificadora tiene una enorme capacidad para muchísimos usos". Además resalta que la recuperación "ayudaría mucho a esa zona del Casco Vello, al que le falta ese aspecto de equipamientos públicos", y subraya que "lo fundamental es que se respete el espíritu de La Panificadora y se haga bien".

Marta Yarza, que junto a su hermana gemela Eva ha creado un proyecto de imagen de marca para la vieja fábrica a fin de que su rehabilitación no caiga en el olvido, considera positiva una alianza entre el Concello y Zona Franca, pero puntualiza que "debe conservarse el conjunto en su integridad y dedicarse solo a usos públicos. Lo más importante es que se haga un proyecto que beneficie a los ciudadanos", explica Yarza, que al igual que su hermana formó parte de la plataforma Salvemos La Panificadora.

Postura crítica

El colectivo Entremos na Panificadora, por contra, es crítico con la iniciativa. Su portavoz, Uxío Reinoso, considera que el Concello debería buscar el apoyo de la Xunta, el Ministerio de Cultura y fondos europeos para rehabilitar la factoría. "También debería hablar con los colectivos ciudadanos y culturales para sondear su opinión", apunta. La entidad pide la conservación integral, la declaración como Bien de Interés Cultural, y y una recuperación que la convierta en un espacio abierto.

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