El mercadillo de Bouzas retomó hoy su actividad tras casi 10 meses cerrado 10 meses cerrado. El recinto de Bouzas arrancó a primera hora de la mañana con cerca de 55 puestos instalados, unos 11 menos de los previstos y muy por debajo de las 80 licencias ya concedidas. Según los datos facilitados a principios de semana por el Concello en el recinto hay capacidad para 241 puestos en total. A lo largo de la mañana la afluencia de clientes y ambulantes ha ido en aumento. Aunque algunos autónomos reconocían esperar "más movimiento" por la reapertura, también aseguraban que el número de clientes que circula entre los puestos supera el de "un domingo normal".

Para garantizar la seguridad del mercadillo vigilan el recinto agentes de la Policía Local y la Policía Nacional. Otra media docena de encargados de información, contratados por el Concello, se afanan en controlar que todos los puestos estén situados donde les corresponde y muestran la documentación necesaria. Una de las novedades del mercadillo es que ahora todos los ambulantes deben enseñar en sus puestos la documentación facilitada desde Praza do Rei. Aunque la mañana transcurre con normalidad, los agentes sí han realizado identificaciones entre algunos gitanos que acudieron a la feria. Cerca de una docena protagonizaban una manifestación autorizada frente al mercadillo para protestas por las tasas y condiciones exigidas por el Ayuntamiento a los autónomos.

Las ferias de Coia y Bouzas se suspendieron en noviembre de 2015 debido a problemas de seguridad por la conflictividad entre dos clanes gitanos: los "morones" y los "zamoranos". Desde entonces ambos recintos permanecieron cerrados a pesar de las críticas de los ambulantes. Muchos reconocían hoy haber "sufrido" a lo largo de los últimos 10 meses, ante la imposibilidad de montar sus puestos y perder su fuente de ingresos. Otros censuraban el espacio que se les ha asignado en la feria, de 6 metros de largo; o el importe de las tasas que les cobrará el Concello.