Las preferentes aún dan batalla judicial

Han pasado ya años desde que el escándalo de las preferentes estalló. Y casi siete meses desde que el juzgado que se creó en Vigo para atender el aluvión de demandas de los ahorradores que vieron atrapado su dinero cerró sus puertas con un balance de 2.700 casos tramitados y con la previsión de que estos litigios se volverían toda una excepción. Pero los pleitos no se agotan. Los tribunales de Primera Instancia de la urbe olívica, los que asumen estos asuntos desde la desaparición de la sala especializada, registraron en lo que va de año casi 80 nuevas demandas de esta materia. Este número está lejos, muy lejos, del que se contabilizó cuando la problemática estuvo en su punto más álgido, pero es significativo precisamente por el tiempo transcurrido desde entonces. La cifra supone que, aún a día de hoy, cada semana una media de prácticamente tres afectados siguen recurriendo a la vía judicial para recuperar su dinero. "Aún hay algunos asuntos de este tipo; incluso de cantidades muy importantes", dicen en uno de los órganos judiciales civiles.

¿Por qué litigar ahora y no en años anteriores, los de máximo clamor contra las preferentes y las subordinadas y cuando además existía el juzgado especializado? En los tribunales y en varios despachos de abogados apuntan varias claves. Una de ellas, que muchas personas que están pleiteando son herederos de fallecidos que en su día habían contratado estos complejos productos. En muchos casos desconocían que sus familiares los tenían. También hubo ahorradores, sobre todo gente mayor, que, como explica un letrado, "lo fueron dejando". "Que no querían pleitear con el banco, que tenían miedo por los costes que el proceso judicial les podía deparar; y que pasado el tiempo, al ver que se daba la razón a los perjudicados y animados por sus hijos u otros familiares, deciden dar al paso", apunta. "Gente que no se decidía y que ahora perdió el miedo a no ganar la demanda", añade otro jurista. Y entre los últimos casos no sólo hay litigios de pequeñas cantidades. Recientemente, un preferentista recuperó medio millón de euros.

Varias entidades

La mayoría de asuntos que entraron en los juzgados en avalancha eran de Abanca. Aún hay alguno de esta entidad, pero varios letrados coinciden en que entre sus últimos clientes predominan afectados por preferentes de SOS Cuétara del Banco Santander. O de Bankia. También hubo afectados que demoraron su decisión al creer inicialmente que por su perfil no les iban a dar la razón. "Uno puede acumular tres carreras y un máster, y no por ello tiene que tener conocimientos financieros sobre productos de esta índole; no es menor consumidor, jurídicamente hablando, que una persona sin estudios", explican.

En este contexto, se da además la circunstancia de que cuando se da el supuesto de nulidad radical o absoluta del contrato de suscripción de las preferentes, no hay prescripción. "La acción no está sometida a ningún plazo para su formulación", señaló la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Pontevedra en una sentencia de este enero.

Y sobre preferentes, en los juzgados no sólo entraron, entre enero y ayer, esos 77 casos nuevos. También heredaron asuntos que no pudo cerrar el tribunal especializado. O reciben litigios antiguos que precisan, por ejemplo, de tasación de costas Pero pese a seguir en las estadísticas judiciales, en las salas tienen claro que estos litigios ya sólo llegarán a cuentagotas. "Ahora el procedimiento rey de productos financieros es el de las cláusulas suelo", concluyen.

Los litigios de tráfico se disparan casi un 50% en las salas civiles

• Los juzgados de Primera Instancia de Vigo -incluidos los de Familia- aumentaron ligeramente su actividad en estos primeros 7 meses del año al sumar un total de 9.213 asuntos, frente a los 9.082 del ejercicio anterior. El tercer grupo de litigios con más peso, tras monitorios y verbales, es el de los accidentes de tráfico: hubo 807 pleitos, un 46% más que los 551 del mismo período de 2015. La razón del incremento está clara: la reforma del Código Penal que sacó de los juzgados de Instrucción, al despenalizarlas, todas aquellas imprudencias leves al volante que hasta el 30 de junio de 2015 tenían la consideración de falta. La vía penal queda reservada para los asuntos graves.

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