La Universidad despedirá el próximo septiembre a su primera embajadora en Japón dentro del programa internacional de intercambio GE4. Elena Campillo Ageitos, estudiante de Telecomunicación de 22 años, realizará una estancia de cinco meses en Tohoku, en la ciudad de Sendai, gracias a esta red global que aglutina a 60 escuelas de ingeniería de todo el mundo y de la que Vigo forma parte desde el año 2012 junto a otras dos únicas instituciones españolas, País Vasco y Pontificia Comillas.
"La cultura japonesa me interesó desde pequeña. Entré en contacto con ella a través del anime y el manga, pero luego también estudié el idioma, en el que tengo la competencia básica. Siempre quise viajar allí y, durante los meses que duró el proceso de selección del intercambio, estuve en vilo. Mi familia y amigos están emocionados porque saben que me hace mucha ilusión. Es una oportunidad genial, aunque también estoy un poco nerviosa por emprender esta aventura", reconoce.
La red GE4, gestionada por una asociación sin ánimo de lucro, ofertaba este año a los universitarios vigueses un total de cuatro plazas para estudiar en Singapur, Rusia, Indonesia, China, Malasia, Filipinas o Tailandia, además del país nipón, que hasta ahora se mantenía como destino inédito.
Elena se incorporará al programa para estudiantes extranjeros de la Universidad de Tohoku, una institución fundada en 1907 que destaca por su carácter internacional. No en vano suma alrededor de 1.663 alumnos extranjeros cada curso procedentes de 90 países.
"Los japoneses están muy avanzados en desarrollo tecnológico. Yo hago la especialidad de Telemática y me gusta la programación, aunque todavía no sé por dónde tiraré cuando acabe la carrera. Me interesa mucho la robótica, un campo en el que también destaca el país nipón", celebra.
Y es que Elena no podía escoger mejor destino, pues investigadores de Tohoku desarrollan robots que actúan en desastres y que ayudan en los rescates. Uno de estos ingenios fue el primero en acceder a la central de Fukushima tras el grave accidente nuclear provocado por el tsunami de marzo de 2011.
"No creo que los robots acaben sustituyendo a los humanos. Supongo que ahora está pasando lo mismo que ocurrió en su día con la Revolución Industrial. También se decía que las máquinas harían el trabajo de las personas. Lo que sí habrá es una evolución del mercado", opina.
La joven cursará el primer cuatrimestre en la universidad japonesa y no regresará a su casa familiar de Vigo hasta que termine en febrero. "Voy allí a la aventura. Es la primera vez que hago una estancia fuera tan larga y elijo la otra parte del mundo", señala entre risas Elena, que realizó pequeños intercambios en Francia y Canadá durante su etapa en Secundaria y Bachillerato.
Actualmente se encuentra en su periodo de prácticas en la firma tecnológica Imatia Innovation, que tiene su sede en las instalaciones de Citexvi en el campus. "Estoy muy contenta. La empresa desarrolla software y a mí me encargaron un programa muy pequeñito de gestión de plantas de acuicultura desarrollado con una de sus herramientas y con el que ahora se están haciendo pruebas. La experiencia de trabajar antes de acabar la carrera es muy importante. Por mucho que estudies si no tienes estas experiencias no sabes cómo funcionan las empresas en el mundo real", destaca.
Elena ha ido curso por año y acabará la carrera en 2017, pero empezó estudiando Biología. "También me gustaba mucho y la echo de menos pero no me veía trabajando en ese campo y tenía inquietud por programar. Me costó mucho decidirme pero me cambié y estoy muy contenta. Lo que aprendí no me lo quita nadie y siempre puedo continuar algún día si quiero", comenta.
Le gustaría que su estancia en Japón anime a otros universitarios vigueses a vivir una experiencia académica y también vital en el país asiático. Ella intentará viajar "todo lo que pueda" para impregnarse de una cultura que le encanta.
