La Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria ha encomendado este año la lectura del pregón de la emblemática procesión a uno de los principales culpables del prestigio internacional que han alcanzado los caldos gallegos, el presidente de la Bodega Terras Gauda. Ourensano de nacimiento, pero vigués de adopción, José María Fonseca Moratón, ya ha redactado el texto que pronunciará el próximo sábado 6 de agosto en el pazo de Castrelos. A este "símbolo de la unión" de los vigueses le pedirá un "futuro venturoso" para la ciudad y para su entorno.
-¿Cómo recibió la noticia de su elección como pregonero del Cristo de la Victoria?
-Me lo dijeron hace un cierto tiempo y lo recibí con gran satisfacción. Cuando te llaman para algo, normalmente, te lo piensas dos veces. Sin embargo, el pregón del Cristo de la Victoria es una satisfacción enorme como vigués de adopción y sabiendo la importancia que tiene el Cristo para la ciudad. Lo tomé como lo que creo que es, un profundo honor e inmerecido.
-¿Es usted asiduo a la procesión?
-Si dijera que sí, mentiría. No lo soy. Sin embargo, tal y como reflejo en el pregón, sí que sigo y respeto con profundidad absoluta todo lo que significa el Cristo para Vigo y, desde luego, estoy al corriente de la manifestación multitudinaria que convoca.
-Así que ya tiene redactado el discurso que leerá el próximo sábado 6 de agosto. ¿De qué habla en él?
-Hablaré de que el Cristo es fruto de una tradición que se desarrolla desde hace muchos años y que está perfectamente entroncada con la ciudad. Es uno de los grandes símbolos de ella, sino el más importante junto al real Club Celta. Hablo también de la historia reciente de Vigo y, ante este símbolo de la unión de todos los vigueses, hago votos porque su futuro sea lo mejor posible.
-¿Le pide algo para el sector vitivinícola?
-En el discurso que hago ante el Cristo de todos los vigueses, no hago ninguna expresa para el sector porque me parecería personalizar una cosa que en este momento no es procedente. Sin embargo, sí hago votos por lo que es la creación de riqueza y el ámbito empresarial de Vigo en sentido genérico y, desde luego, en él está incluido el sector del vino. Le pido para que haya un futuro venturoso para toda la ciudad y para todo lo que suponga riqueza en el entorno de ella.
-Y fuera del discurso, a nivel personal, ¿qué le pide para las empresas del vino?
-A nivel personal, lo que me gustaría es ese reconocimiento, que ya tiene, de la excelsa calidad de los vinos de Rías Baixas y de los gallegos en general y que se profesionalice cada día más y mejor el sector y seamos capaces de transmitir a todos los mercados del mundo este potencial enorme que tenemos en esta tierra privilegiada que nos vio nacer y que es Galicia. Tenemos unos vinos especialmente singulares y de altísima calidad y lo mejor que podemos hacer para ayudar a nuestra tierra es que este reconocimiento cada día sea mayor en todas y cada una de las partes del mundo.
-¿Para la pequeña y mediana empresa son tiempos de tener fe?
-Hay una frase que no viene de ahora y que incluso trasciende a lo religioso: "La fe mueve montañas". Dicho de otro modo, sin ilusión, sin un norte, sin saber a dónde se quiere ir, sin poner todo el empeño y las ganas para ir hacia alguna parte, no se puede hacer nada. Si no se tiene fe y no se cree en lo que se hace, difícilmente se puede llevar a buen término. La fe, en sentido amplio, para cualquier actividad es algo absolutamente necesario.
