Los vendedores ambulantes quieren que se reabran los mercadillos de Bouzas y Coia, pero no a cualquier precio. Aseguran que no podrán realizarse si el Concello no reduce la cuota que pretende cobrarles por puesto: 1.200 euros al año. Según critican las asociaciones, se trata de un precio "excesivo", que triplica las cuotas de otros Ayuntamientos, y que no están dispuestos a aceptar.

En una asamblea celebrada ayer entre los comerciantes de Coia y Bouzas, los asistentes manifestaron su contrariedad de pagar la cantidad que exige el Concello. Argumentan que los mercadillos cercanos no cobran más de 400 euros anuales a cada comerciante. "El de Marín, que ya nos parece exagerado, llega a los 500 euros, es el más caro", asegura el presidente de la asociación de vendedores de Bouzas, Francisco Giménez. "Es una exageración que no vamos a consentir". El presidente considera que se trata de una traba que el Concello utiliza para no reabrir los mercadillos.

Después de siete meses sin actividad, el Gobierno municipal anunció la puesta en marcha de las ferias el pasado mes de junio. Sin embargo, dos semanas después dio un paso atrás porque aseguró que se había producido una "avalancha de peticiones" para poner puestos.

La anterior cuota previa a la clausura de los mercadillos también era muy inferior. El presidente explica que cada feriante pagaba al año unos 120 euros. No se los entregaba al Concello, sino al Puerto, de quien dependía hasta hace ocho meses el mercadillo.

Los vendedores, además, lamentan que con la apertura no se va a respetar su antigüedad, por lo que después de más de 20 años los espacios en los que se colocan volverán a ser sorteados sin tener en cuenta que hay feriantes que llevan décadas ocupando el mismo espacio.

Otro de los inconvenientes que destacan es que el espacio que se les proporciona por puesto es inferior. "En seis por dos metros no entran los coches, así que vamos a tener que descargar la mercancía a mano", lamenta Giménez.

"Vamos a luchar, no nos vamos a rendir, después de ocho meses no vamos a dejar de insistir", asevera el presidente, quien añade que, "si hace falta", realizarán una "acampada" en Praza do Rei. "Estamos ansiosos de reabrir el mercadillo porque estamos teniendo muchas pérdidas económicas", recuerda.