Hoy hace exactamente un año que el Álvaro Cunqueiro atendió a su primer paciente. Tras doce meses que reconoce "muy difíciles" para los trabajadores del área sanitaria, el conselleiro de Sanidade considera que "ahora se puede empezar a ver con más alegría y optimismo" el futuro del complejo vigués y destaca que "la potencialidad para seguir creciendo es muy grande". Pide un año más para que el nuevo hospital esté maduro, pero garantiza que ya habrá avances en el próximo balance de listas de espera, que se presenta la próxima semana.

-¿Qué le falta al Cunqueiro para estar al 100% y cuánto tardará en lograrlo?

-En cuanto a instalaciones, falta el quirófano híbrido, el TAC intraoperatorio, la segunda sala de electrofisiología? Pero, fundamentalmente, lo que nos falta es la finalización de la formación de equipos. Calculo que, para estar al 100%, necesitamos un año más, en el segundo aniversario del primer paciente [29 de junio de 2017], aproximadamente. Aunque en sanidad nunca hay un punto final. Siempre estamos desarrollando nuevos servicios, nuevas unidades para dar cobertura a los pacientes.

-¿Cuándo estará en condiciones el Chuvi para recuperar la población de referencia desviada a Santiago?

-Una vez que estemos estabilizados con la actividad y con una lista de espera controlada es cuando abordaremos esa recuperación. Surgió por problemas que había de demoras. Cuando completemos instalaciones y los equipos estén a pleno rendimiento será el momento de dar una solución real a la población.

-¿Cómo están las listas de espera ahora?

-La semana que viene daremos cifras del balance del primer semestre del año. Se ha hecho un gran esfuerzo a nivel de toda Galicia y concretamente en el área de Vigo. No solo en el Chuvi, que hizo 15.500 intervenciones en estos primeros cinco meses del año [lo que supone mil más que en el mismo período de 2015], la mayor cifra de la historia de Vigo. También en Povisa se ha incidido en disminuirlas. Creo que van a ser unas cifras muy buenas.

-¿De qué habla cuando dice "muy buenas"? ¿De ponerse en la media gallega o incluso bajarla?

-No me gusta hablar de lo que aún no está cerrado. Van a ser muy buenas, pero la semana que viene concretamos.

-¿Podría dar un horizonte para la normalización de las esperas?

-No. Estamos trabajando para que toda Galicia tenga una respuesta homogénea. Me preocupa mucho la equidad. Mi idea es que de aquí a final de año podamos tener una previsión certera de cómo van a quedar. La idea es ir confluyendo.

-Para reducir las del área de Vigo se implantó un plan especial, con peonadas y un aumento de los desvíos a las privadas. ¿Por qué no contratar más personal y abrir los quirófanos de tarde de forma ordinaria?

-Lo que tratamos en este período es de usar al máximo todo lo que tenemos en el área. Estamos con peonadas a nivel alto. La idea es que el plan de choque tiene que ir por encima de las posibilidades del día a día. En estos momentos, el hospital no está al 100% ni en instalaciones de las que hablamos ni en la central de esterilización, que está en desarrollo, aunque casi a pleno rendimiento. También usamos la sanidad concertada para cirugías un poco más que en otras épocas, pero no para derivaciones desde urgencias de pacientes médicos, que se cuentan con los dedos de una mano. Estamos llevando todo al máximo. Los tratamientos ambulatorios tanto quirúrgicos como médicos se han ido incrementando en los últimos años en toda Galicia, pero especialmente en nuestra zona. Eso hace que el recurso de la cama ya no sea tan necesario, pero las hemos aumentado con la potencialidad que tiene con las habitaciones individuales. No planteamos abrir los quirófanos por las tardes de forma ordinaria porque no hay especialistas para contratar con experiencia y conocimientos como para duplicar esa actividad. Además, tienes cuellos de botella. A veces, como ahora, es la esterilización. Otros pueden ser las unidades como farmacia o el banco de sangre. También hay que hacer una previsión para las urgencias, cierto margen de seguridad.

-Del problema de limpieza del material ya hablábamos hace ocho meses. Se ha puesto en marcha la nueva central y aún no se ha solucionado. ¿Qué es lo que sucede y cuándo se resolverá?

-El último informe del que dispongo es que la unidad ya está funcionando correctamente. Es una de las mejores centrales de toda España. ¿Qué necesita? Poner en marcha lo que es el equipamiento y, luego, la formación del personal, que es en lo que estamos. Coincidió en un momento de máxima actividad quirúrgica, con un elevado porcentaje de bajas de personal.

-Otro de los problemas que apuntan los profesionales es la señalización. La gente aún se pierde en el Cunqueiro, sobre todo, en consultas externas. ¿Por qué se tarda tanto en resolver este aspecto?

-Donde hay todavía alguna disfunción es en consultas externas y ahí estamos elaborando varias cosas: una señalización en el suelo para hacerlo fácil y otra con una aplicación de móvil que te indica cómo llegar. Ya lo ha visto alguna empresa para hacer la propuesta. Estará operativo en poco tiempo. Es que hay cifras que la gente no se las cree, pero por el hospital pasan entre 8.000 y 10.000 personas día ¡Casi el ayuntamiento de Baiona! La población no conocía el hospital. Hoy, el grado de conocimiento es mucho mayor.

-Finalmente, han optado por cambiar la empresa de restauración. ¿Se ha penalizado a la concesionaria en algún otro servicio que gestiona? ¿La Oficina de Seguimiento ha detectado algún otro problema?

-En el tema de la cocina es cierto que se hizo alguna penalización para que la concesionaria mejorara el servicio. De hecho, había mejorado. Pero, con nuestra queja, la concesionaria optó por cambiar la empresa por otra que tenía experiencia en el ámbito hospitalario y que pudiera hacer la adaptación más rápido y con mejor servicio. Como cualquier contrato que hace la Administración, hay que hacer un seguimiento para procurar que el servicio sea de la calidad adecuada. Siempre ha habido cosas en las que hemos mostrado desacuerdo. En el tema de la limpieza en zonas comunes, como escaleras, ha habido llamadas de atención. Lo que hablábamos antes de la necesidad de tiempor para la formación de equipos, afecta a los profesionales sanitarios, pero también a los trabajadores de la concesionaria.