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El tesoro bibliográfico de Praza da Estrela

La memoria centenaria del puerto, en 7.000 cajas

El archivo de la Autoridad Portuaria conserva documentos y fotografías de la institución desde mediados del siglo XIX

Planos del Cable Inglés (1963) | Junto con el "Cable Alemán", la otra gran empresa de telegrafía que operó en Vigo fue la Eastern Telegraph Company (el "Cable Inglés"), que abrió sus puertas en 1873 y mantuvo actividad hasta 1969. En la foto se puede ver un plano presentado por la compañía al Puerto en 1963, unos años antes de cerrar, para solicitar un cambio en el recorrido de sus cables.

Libros de actas, fotografías, planos, mapas, autorizaciones administrativas, contratos... Proyectos de edificios o espigones que llegaron a construirse y otros que se quedaron en el tintero. Desde que el 7 de noviembre de 1881 se constituyó la Junta de Obras del Puerto -la predecesora de la actual Autoridad Portuaria- los muelles de Vigo han generado un inmenso legado de documentos que hoy descansa en el archivo portuario, una sala situada a escasos metros de los muelles del Arenal, en un espacio que antes se dedicaba a almacén y talleres. En su interior, a una temperatura de 18 grados y con una humedad controlada del 65%, reposa ordenada en cerca de 7.000 cajas, la memoria de Praza da Estrela.

Repartidos con un rigor escrupuloso a lo largo de 1.000 metros de estanterías -otro kilómetro de baldas vacías espera por la historia de los próximos cien años del Puerto-, esos archivadores contienen un pedazo clave de la historia de Vigo desde mediados del siglo XIX. El documento más antiguo que se guarda en el archivo es anterior incluso a la Junta de Obras del Puerto (1881): el proyecto del faro de Cabo Vicos, en las Islas Cíes. El legajo, de 1864, incluye un esquema de la atalaya que debía guiar a los buques que se acercaban a la ría y datos sobre su construcción.

Al frente del archivo está Beatriz Bruna, quien explica que el primer depósito documental del Puerto se creó en 1998. En 2005 el archivo se trasladó desde las instalaciones que ocupaba hasta entonces, en el antiguo Economato -también en el Arenal-, a la nave que emplea desde entonces, donde el material se conserva a unos niveles regulados de temperatura y humedad.

Además de los expedientes o libros de actas, el depósito custodia cerca de 2.500 fotografías, de las que algo más 2.000 están ya digitalizadas. "Son fotos de la zona portuaria", comenta Bruna, quien explica que muchas de esas imágenes acompañaban a expedientes y servían para ilustrarlos. Entre ese rico material destacan fotografías coloreadas, que datan de entre 1890 y 1900; e instantáneas tomadas por grandes nombres de la fotografía local, como Pacheco, Llanos o Gil.

En algunos de esos retratos puede verse O Berbés, a principios del siglo XX; panorámicas que muestran la animada actividad que registraba el Arenal hace más de un siglo; la maquinaria que se usaba para descargar las mercancías en el puerto; o incluso ceremonias institucionales, como por ejemplo la inauguración de la Estación Marítima, en noviembre de 1961, a la que asistió el dictador Franco. Otra instantánea, tomada en 1939, retrata el muelle de trasatlánticos con mercantes alemanes y una flotilla española que luce la insignia de país neutral en la II Guerra Mundial. Un guiño más al vínculo entre la historia interna del puerto y la crónica local.

No es el único material que permite ver la evolución del puerto. Las baldas del archivo conservan numerosos planos, como uno fechado en torno a 1940 y que sirvió a los ingenieros de borrador para planificar dónde se instalarían las futuras grúas y cómo se distribuirían las zonas de trabajo por categorías. En muchos de esos documentos -trazados a mano con esmero- se conservan todavía las anotaciones manuscritas de los técnicos que, con el paso de las décadas, han conformado los actuales muelles de la ciudad.

Los planos más espectaculares sin embargo son los del Anteproyecto de Mejora del puerto de Vigo, elaborado por Eduardo Cabello a principios del siglo pasado. En ellos se puede apreciar cómo eran los muelles olívicos entonces y el increíble ejercicio de ingeniería e intuición que realizó Cabello para anticipar y proponer la infraestructura que necesitaría el puerto durante el siguiente siglo.

Bruna destaca la inmensa labor desarrollada por quien ejerció como ingeniero director de la Junta de Obras del Puerto. "Hizo el planteamiento a cien años vista", anota la archivera de Praza da Estrela, quien recuerda que su trabajo alumbró un puerto mucho más moderno y competitivo, dejando atrás los sencillos y escasos muelles que existían a finales del s. XIX. Esa ingente labor convirtió a Cabello, de hecho, en el artífice del puerto que ha llegado a ser Vigo.

Aunque el archivo de Praza da Estrela se centra en la historia de la propia institución y, más en concreto, en sus trámites del día a día, la ingente cantidad de material que acumula termina conectando de forma estrecha con la crónica social de la ciudad. Un ejemplo son los documentos que conserva sobre el Real Club Náutico de Vigo, cuyas instalaciones se alzan entre As Avenidas y A Laxe. Los archivadores del puerto conservan, por ejemplo, el proyecto de 1941 con los planos de la futura sede del club, proyectada por los arquitectos Francisco Castro Represas y Pedro Alonso Pérez. El edificio -una joya del racionalismo- se inauguraría unos años después, durante el verano de 1945.

También se conserva en los archivadores del puerto interesante documentación sobre la Eastern Telegraph Company, conocida popularmente como el "Cable Inglés"; y la Deustch Atlantische Telegraphengesellchaft, rebautizada por los vigueses como el "Cable Alemán", las dos compañías de telégrafo que se instalaron en la ciudad a finales del siglo XIX y que necesitaban pasar sus cables por terreno portuario para poder conectar sus respectivas oficinas. De la primera compañía, británica, que abrió sus puertas en Vigo en 1873, se conserva por ejemplo una solicitud para variar el recorrido de su cableado. De la segunda, germana, se guarda un escrito de principios del s. XX mediante el que la firma solicita una autorización. Ese material ayuda a entender mejor la crónica de dos compañías clave para conocer la historia local del siglo pasado y cuya importante huella retrató el historiador José Ramón Cabanelas en su libro Vía Vigo, editado hace varios años por el Instituto de Estudios Vigueses.

El gran valor de los documentos que atesora el archivo hace que reciba con frecuencia la visita de historiadores interesados en bucear en sus expedientes, contratos, planos, fotografías... Según explica Bruna este tipo de consultas supone aproximadamente el 25% de todas las que recibe su oficina. Ella misma compagina su trabajo de ordenar y catalogar los archivos con la divulgación de la historia de los muelles olívicos. De forma periódica publica en la web del Puerto unos boletines titulados "Efemérides" y que recogen crónicas de episodios destacados en los anales de la institución, como la historia del faro de cabo Silleiro, el puerto de Bouzas, el Instituto Oceanográfico en 1918 o la Compañía de Pesca e Industria del Bacalao (COPIBA). Buena parte de esos boletines pueden consultarse en la web portuaria.

Conservar documentos con más de un siglo requiere también un trabajo atento y minucioso. Muchos de los expedientes de principios del siglo XX se guardaban, por ejemplo, en legajos compuestos por folios amarillentos por el paso de las décadas y unidos por grapas metálicas. Con el paso del tiempo esas piezas de hojalata se degradan y pueden poner en peligro el papel que las rodea. El mismo esmero se necesita para retirar las gomas o cualquier otro material que se pueda estropear. La labor de Bruna pasa además por ordenar y catalogar el material, de modo que esté localizado y sea fácil acceder a él.

En la gran sala de 2.000 metros de estanterías en la que trabaja, cerca de mil metros esperan aún por los documentos contemporáneos, sobre los que volverán los historiadores de dentro de un siglo.

Un proyecto pionero para cien años

  • Uno de los documentos más relevantes que se conservan en el archivo de Praza da Estrela es el proyecto de Eduardo Cabello de 1913 para mejorar el puerto de Vigo. La responsable del depósito documental, Beatriz Bruna, resalta la importancia de un estudio tan ambicioso como meditado y calculado y que aspiraba a convertir a los muelles olívicos en un espacio moderno y competitivo. "Era un proyecto pionero; pero luego sobrevinieron la I y II Guerra Mundial y la Guerra Civil, así que las circunstancias históricas no ayudaron", comenta la archivera portuaria, quien subraya que el proyecto de Cabello suponía "un planteamiento a cien años vista".El archivo atesora también unas 2.500 fotos -algunas de autores destacados, como Pacheco, Gil o Llanos- que muestran cómo evolucionaron los muelles de Vigo con el paso del tiempo. Una de las instantáneas que se pueden disfrutar retrata una enorme grúa Derrick situada, en 1953, en el muelle de trasatlánticos. El mismo guindaste luce en la actualidad en la rotonda en la confluencia de las calles Coruña, Beiramar y J. Benavente.

La custodia del legado de uno de los motores de Vigo

  • Cuando la abundante documentación que genera el Puerto de Vigo en su día a día pierde vigencia, los expedientes, contratos, autorizaciones, actas... se trasladan desde las oficinas portuarias al archivo general. Allí pasa a convertirse en historia de la institución. Los documentos están localizables en todo momento, sin embargo, tanto para los investigadores como para el propio personal del Puerto. La custodia de ese ingente material es la archivista Beatriz Bruna.

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