El Concello arrancó ayer una de las mayores limpiezas . Como adelantó este periódico, en las calles de Vigo hay actualmente unos 400 vehículos con síntomas de que sus dueños se han olvidado de ellos para siempre. En algunos casos son más que evidentes, ya que carecen de ruedas, cristales, puertas o incluso piezas del motor. Otros son más complicados de determinar. Y éste es precisamente uno de los motivos que han esgrimido desde el Ayuntamiento para justificar que no se haya actuado de forma firme en los últimos años. Las dudas legales sobre cómo se debe actuar en estos casos, unido al problema que tuvo el Concello en 2010, cuando tuvo que indemnizar a la propietaria de un automóviles que enviaron al desguace por error, provocó que se bajara la guardia. Desde ayer, vuelve a estar a pleno rendimiento.
El ingente número de coches abandonados que se han acumulado provocará que no sea posible acabar con todos hasta finales de año. Fuentes municipales estiman que serán necesarios seis meses. Esta semana prevén quitar unos 20. Primero se retirarán aquellos que están más deteriorados y sobre los que haya un mayor número de quejas vecinales. Es el caso de dos que se sacaron ayer: una furgoneta en la calle Arquitecto Pérez Bellas o un turismo en Jacinto Benavente. Los técnicos prevén actuar en cuatro fases de unos cien vehículos cada una. Una vez que estén en el depósito, se sacarán a subasta para chatarra y, a medida que quede espacio, se comenzará con la siguiente tanda de otro centenar aproximadamente.
Como certificó este periódico, hay decenas de coches que hace mucho tiempo que han perdido su condición de vehículo para convertirse en residuo sólido urbano. En calles como Cronista Rodríguez Elías, Serafín Avendaño, Buenos Aires, Aragón, Coutadas o Julián Estévez, entre otras, se pueden encontrar a día de hoy claros ejemplos de turismos que han evolucionado en auténtica chatarra. Este problema va más allá de los estético, ya que suponen un riesgo para las seguridad del resto de usuarios, "roban" espacio de aparcamiento y se convierten en un importante foco contaminante. Éstos serán los primeros en ser enganchados por la grúa.
Para evitar problemas con sus propietarios e incurrir en un nuevo error que obligue al Concello a indemnizarlos por quitar desguazar su coche, el Ayuntamiento ha encontrado una nueva fórmula de actuación para dar consistencia legal a cada paso que dé. Según la Ley sobre Tráfico, Circulación y Seguridad Vial, un vehículo se podrá declarar como residuo -y por lo tanto considerarse abandonado- cuando permanezca más de un mes estacionado en el mismo sitio y presente desperfectos que hagan imposible su desplazamiento por sus propios medios o le falten las placas de matrícula. Según fuentes municipales, la mayoría de los vehículos que hay en Vigo cumplen el primer requisito, pero no el segundo. Por lo tanto -afirman desde el departamento de Tráfico- no pueden ser retirados. Para salvar este obstáculo, el Concello se acogerá a la vigente Ordenanza Municipal de Circulación. En ella se especifica (aunque no se aplica, ni se aplicará con carácter general) que en Vigo está prohibido estacionar un vehículo durante más de dos días en el mismo lugar. En base a ella, por lo tanto, se retirarán los coches que la Policía Local haya certificado que llevan meses parados y que presentan síntomas de estar abandonados. Esperarán en torno a tres meses antes de engancharlo.
Dos meses en el depósito
Cada turismo será enviado al depósito municipal. Una vez en la avenida de Madrid, el Concello se acogerá a la Ley General de Tráfico, que permite también tratar un vehículo como residuo urbano "cuando hayan transcurrido más de dos meses desde que fue inmovilizado o retirado de la vía pública y depositado por la Administración y si titular no hubiera formulado alegaciones".
En esos 60 días se notificará al propietario que su coche está en el depósito o, si no se localiza, se publicará en el tablón de edictos del Concello. Sus dueños tendrán tres alternativas: retirarlo pagando las tasas municipales; cedérselo al Concello para que lo tramite como residuo sólido urbano, o no pronunciarse, lo que convertirá automáticamente a su vehículo en residuo. Luego, y al igual que se hace ahora, el Concello sacará a subasta estos coches para chatarra por lotes.
