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Desarrollo de la terminal intermodal de Vigo

El diseño de la estación intermodal incluye dos alturas, 29 dársenas y la conexión con la AP-9

Proyecta las paradas de autocar en la planta superior y la zona de servicios al viajero en la inferior - Presupuesta la obra en 11,7 millones y prevé licitarla al final de este año

Será una isla de dársenas cubierta con lucernarios.

La estación de autobuses de Urzáiz que permitirá convertir en intermodal la terminal de trenes cobra forma. La Consellería de Infraestructuras ultima la redacción del proyecto básico y tiene ya cerrado su diseño. Será una infraestructura en dos alturas para aprovechar al máximo el reducido espacio reservado en la parcela ubicada entre el complejo ferroviario y el acceso a la autopista desde Lepanto. En superficie -a la misma cota que la plaza de la estación y la AP-9- estará la entrada de autocares y las 29 dársenas que se habilitarán. En la planta baja quedarán los servicios al viajero y diversos locales comerciales y oficinas. "Se primó la eficiencia y la funcionalidad además de la búsqueda de una estética singular que responda a la idiosincrasia de Vigo, teniendo en cuenta el entorno y que garantice la integración en el proyecto diseñado por Thom Mayne", destacan fuentes oficiales de la consellería dirigida por Ethel Vázquez.

Aunque el edificio estará casi pegado a la estación de tren, será un inmueble con servicios independientes. La terminal de bus tendrá su propio vestíbulo, sala de espera, negocios o taquillas. Todo se ubicará en la planta inferior. En ella estará también el acceso peatonal, que quedará a la misma cota que la entrada de la actual estación provisional de trenes. De esta forma, se facilita el intercambio de viajeros entre los dos medios de transporte. Los pasajeros podrán pasar de una terminal a otra con agilidad. Los que lleguen en autobús lo harán a la planta superior, que estará cubierta. Para acceder a la terminal ferroviaria solo tendrán que descender un piso -se proyectan escaleras mecánicas y un ascensor- y salir del inmueble. Justo en frente se toparán con el la puerta de la terminal ferroviaria. El mismo recorrido, pero a la inversa, deberán hacer las personas que lleguen en tren y quieran dar el "salto" al autobús.

La Consellería de Infraestructuras proyecta la actuación en dos fases. La primera abarcaría la práctica totalidad de la infraestructura, ya que en ella se habilitarían 25 de las 29 dársenas previstas. Las creación de las cuatro restantes -y con ello la conclusión definitiva de la obra- dependerá de la ejecución del Centro Vialia diseñado por Thom Mayne sobre la terminal ferroviaria. Una vez que se levante -el Ministerio de Fomento está buscando socios inversores- desaparecerá el actual inmueble provisional de trenes y el acceso pasará a realizarse desde la plaza de la estación. De esta forma, la Xunta podrá ocupar parte de ese terreno y culminar la terminal de autocares.

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Los autobuses accederán a través del nudo de Lepanto, por donde también habrá una salida. Además, los que vayan hacia la AP-9 podrán entrar en la autopista en ella directamente. También está previsto un enlace con menos rodeos que ahora para aquellos buses que llegue a Vigo a través de la autopista desde Pontevedra, por ejemplo.

La planta superior se distribuirá como un circuito con un anillo exterior de circulación alrededor de una isla central con dársenas distribuidas en forma de "diente de sierra" y también en "espina". Las primeras permitirán que los autobuses puedan entrar y salir sin necesidad de realizar maniobras de retroceso. "Son especialmente adecuadas para servicios de tipo interurbano con mínimos tiempos de estacionamiento y viajeros sin equipaje en la mayor parte de los casos", explican los técnicos autonómicos. De esta forma, se aumenta la eficiencia y la capacidad de la terminal. Otras se reservarán para aquellos servicios de largo recorrido que tengan periodos de estacionamiento más largos y menor número de rotaciones. La idea con la que trabaja la Xunta es la de concentrar en esta estación todas las líneas de autobuses interurbanas que llegan y salen de Vigo, y prescindir de la terminal de la avenida de Madrid. "No tendría sentido tener dos estaciones", apuntan fuentes oficiales.

Vestíbulo

En la planta baja se ubicará la salida y entrada peatonal. A ella se llegará también desde Lepanto bajando por las escaleras o el ascensor por el que se accede ya actualmente al edifico provisional de trenes. Abajo, a la izquierda, estará la puerta principal de la terminal de autocares. En este espacio inferior ubicado bajo la plataforma de autobuses se aprovecharán las oficinas ferroviarias que hay ya ahora con la idea de que, una vez que se ejecute el Centro Vialia, se destinen a locales comerciales. Esta zona de servicios tendrá aproximadamente 567 metros cuadrados. La mitad los ocupará el vestíbulo de espera y circulación (251 m2). Aquí estarán también los puntos de venta de billetes e información (35 m2); la consigna (22 m2); o los aseos públicos (57 m2) y las oficinas del personal y los cuartos técnicos.

La terminal de bus apenas variará cuando se levante la estación de trenes diseñada por Thom Mayne. Pero sí lo hará el circuito que deberán realizar los usuarios que cambien del tren al autobús y viceversa. El proyecto del Centro Vialia contempla que la entrada principal será a través de la plaza de la estación. Cuando se abra, los viajeros saldrán por ahí y solo tendrán que girar a la derecha y descender por unas escaleras o ascensor para entrar en la planta baja de la terminal de autocares.

La Consellería de Infraestructuras trabaja con la previsión de que la terminal de la ciudad olívica será la que antes se pondrá en marcha. "Es la que está más avanzada; será la primera estación intermodal de Galicia", aseguran fuentes oficiales. La intención es que la obra pueda licitarse a finales de este año una vez que se resuelva su encaje urbanístico tras la anulación del PXOM.

Accesos y encaje urbanístico, principales escollos

  • La Xunta deberá resolver dos escollos si quiere cumplir su objetivo de que la de Vigo sea la primera estación intermodal de Galicia. Uno de ellos, el del encaje urbanístico, está ya en vías de solución tras la aprobación por parte del Parlamento gallego de la ley que permitiría tramitar planes públicos de excepcional interés que no figuren en el PXOM. Es el caso de la terminal de autocares de Vigo después de que el documento urbanístico de la ciudad fuera tumbado por la sentencia del Tribunal Supremo. La conselleira de Ordenación y Territorio, Beatriz Mato, explicó tras sacar adelante en febrero la citada ley, que su tramitación permitiría desbloquear estos proyectos en un plazo de cuatro a seis meses.La creación de los accesos desde el complejo nudo de Lepanto es el otro obstáculo. La Xunta no solo ha reiterado que debe ser el Concello el que asuma el coste de esta obra -incluidas las expropiaciones que fuera necesario realizar- sino que llegó a advertir que son "imprescindibles" para construir la terminal de autobuses. El gobierno local, por su parte, no solo se ha negado, sino que el pleno municipal, con el apoyo de PSOE y Marea -el PP se abstuvo- aprobó una moción reclamando que sea el Gobierno gallego el que corra con el coste íntegro de la obra, accesos incluidos.

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