Los viajeros del 'Harmony of the Seas' llegan a Vigo y disfrutan de sus encantos // J. Lores

Como en los mejores días de verano, cientos de cruceristas del 'Harmony of the Seas' inundaron las calles del centro de la ciudad en busca de regalos o recuerdos, dando un simple paseo o tomando un tentempié en las múltiples terrazas habilitadas para la ocasión. "Hay que reconocer que estos turistas dan vida a la ciudad, ya no solo por ellos, sino porque a muchos vigueses les gusta acercarse, mirar el barco y de paso, tomar algo", reconocía el dependiente de una tienda del Casco Vello.

Comerciantes y hosteleros reconocen que las expectativas ante la llegada del crucero más grande del mundo eran muy altas, aunque lamentan que no se hayan cumplido. "Igual hicimos el doble de caja que un día normal, sin embargo contábamos con más. No hubo diferencia entre éste y otro crucero", reconocía una camarera de la calle de las Ostras. Otros por su parte premian este pequeño impulso en lo que de lo contrario, sería "otro día más". "Agradecemos mucho a los cruceristas, aunque viniesen pocos hasta aquí, porque hay días que nos morimos de aburrimiento", comentaba otro hostelero. Desde las 12.00 horas de la mañana decenas de turistas se afanaban por probar los productos del mar, especialmente "pulpo, ostras y gambas", como reconoce la hostelera, a pesar de que muchos optaron por otras opciones: comer en el 'Harmony of the Seas' o montar en un autocar rumbo a otros puntos de dentro y fuera de la ciudad; opción mayoritariamente escogida por los cruceristas.

Desde las 8.00 horas de la mañana, una flota de diez autocares alternaban en la parada de A Laxe para recoger a aquellos excursionistas que optaron por conocer los alrededores de la ciudad o, cansados de las piscinas de la embarcación, sumergirse por primera vez en pleno mar. "Las visitas se realizan a Samil, Castrelos y O Castro, en total se concertaron 700 cuando en un crucero normal solemos tener 2.000. Mucha gente optó por irse a Santiago o por permanecer en el centro. La verdad es que muchos nos han dicho que querían quedarse en Vigo para probar su gastronomía", reconoce una de estas guías turísticas. Además de Vigo, Valença también fue otro de los puntos de la visita. Los autobuses turísticos también originaron grandes colas a la entrada del Centro Comercial, y los dos que partieron de mañana fueron con sus 150 plazas cubiertas.

Las Islas Cíes, como de costumbre, fue una de las visitas obligadas por muchos de estos turistas y las navieras que venden sus pasajes quedaron "satisfechas" con el día. "Organizamos cerca de 60 excursiones a lo largo de la mañana. La gente siempre responde muy bien ante esta opción de viaje", asegura una de las vendedoras de los billetes.

Doscientos globs azules para despedir al 'Harmony of the Seas' // Foto: J.Lores/Video: J.LoresA.Nogueira

Otro de los puntos que más cruceristas abarcó fue Príncipe. Cientos de visitantes pasearon desde primera hora de la mañana por la vía peatonal o realizaron las primeras compras en sus múltiples tiendas. "Entró mucha gente, más a mirar que a comprar pero por lo menos hay ambiente. El tema de las joyas y ropa gusta mucho ya que en los barcos les organizan fiestas y demás entonces les gusta estrenar, sin embargo para tratarse del barco más grande que pasó por aquí esperábamos un pellizco más de ventas", reconoce la empleada de una tienda de complementos.

Los que sí agradecieron y mucho el amarre del 'Harmony of the Seas' fueron los bares de Porta do Sol y Casco Vello. En Plaza da Constitución, costaba encontrar algún sitio vacío en torno al mediodía. "Benditos cruceros, ya podía venir uno así todos los días", afirmaba un trabajador del Bar Princesa. A lo largo de la calle Triunfo y Plaza da Igrexa, los cruceristas discurrirían buscando el regalo más original para obsequiar a sus familiares. Sin embargo, estas ventas no fueron tan holgadas como se esperaba. "Imanes, postales, vendimos cosas muy pequeñas; ni camisetas ni nada de eso. Al ser ésta la primera parada, los cruceristas guardan más el dinero, en las últimas es cuando más gastan", argumenta la propietaria de un bazar de A Pedra.