El 'Harmony of the Seas', desde el aire con Vigo al fondo // R.Grobas

La historia portuaria de Vigo registró ayer un nuevo hito con la llegada del Harmony of the Seas. El mayor crucero del mundo lo es porque ningún otro mide tanto ni de largo ni de ancho (362 por 66 metros) y tampoco alojan hasta 6.780 personas. Con esta carta de presentación, el "rey de los trasatlánticos" despertó en su primera parada en España una expectación sólo mermada por la coincidencia en día laboral. Con todo, los vigueses brindaron a sus pasajeros "un gran recibimiento", como reconoció la directora general en España y Francia de su naviera, Royal Caribbean, Belén Wangüemert. En diez horas de atraque de climatología veraniega, la ciudad ofreció su mejor estampa a unos visitantes que nada más desembarcar advirtieron la trascendencia de su escala. Contagiados por el ambiente de una bienvenida excepcional, pronto se animaron a conocer la urbe a pie o subidos al bus turístico; a degustar platos típicos de la gastronomía gallega; o haciéndose fotos hasta con el Dinoseto de fondo.

El gigantesco casco entró en la ría mucho antes de que los gaiteros entonaran las melodías regionales en una Estación Marítima engalanada para la ocasión (banderas izadas y globos adornando la fachada orientada al mar). Eran las 5.40 horas -noche cerrada- cuando los prácticos recibieron la comunicación directa del puente del Harmony of the Seas de su inminente arribada. Minutos después, desde la lancha de los "pilots", posicionada a la altura de A Borneira (Cangas), subía a bordo Ignacio Expósito. "Este buque se atraca solo. Con esas tres hélices a popa, azzipots, que giran 360 grados y las propulsiones laterales, el capitán dice que hasta podría atracar sin apoyo de remolcadores con 37 nudos de viento", ensalzaba el práctico. Por sus características y orientación, la terminal viguesa facilita mucho las operaciones a un crucero por muy enorme que sea, como así lo comprobaron armadoras emblemáticas como Cunard cuando eligieron este puerto para realizar en 2003 el primer viaje de pruebas del Queen Mary 2.

Cuando el nuevo crucero de Royal Caribbean quedó amarrado comenzó a amanecer en la ciudad. Las primeras luces del día parecían aumentar el tamaño de la mole de 226.000 toneladas de registro bruto, impresión visual favorecida por los 72 metros de altura que alcanza desde la línea de flotación. Así que en todo momento la visión del Harmony of the Seas desde el mar empequeñecía el atraque y hasta borraba de la panorámica la fachada de la Estación Marítima. De este edificio salieron, sobre las ocho de la mañana, los primeros pasajeros. Y tras casi tres días sin pisar tierra firme, por sus comentarios poco o nada la echaron de menos. "Es que no hay tiempo para aburrirse. Con tantas tirolinas, simuladores de surf, piscinas, canchas deportivas, toboganes, espectáculos de Broadway... Lo tiene todo", coincidían al unísono los cinco miembros de la familia Ferrer, de Barcelona.

Viaje al lujoso interior del 'Harmony of the Seas' // J. Álvarez

De esto mismo presume Royal Caribbean. Del Harmony of the Seas destaca, por ejemplo, "sus siete vecindarios exclusivos" para compras, deportes, restauración, belleza... Belén Wangüemert prefirió definirlo como un "barco innovador". Entre sus servicios "·revolucionarios" en lo tecnológico señaló el Bionic Bar, con "camareros robots" que preparan cócteles, balcones virtuales en los camarotes interiores o Voom, "la conexión a internet más rápida de alta mar".

En realidad, todo a bordo alcanza el grado superlativo. El tobogán más alto de alta mar con 33 metros de caída; la piscina más profunda sobre el escenario del anfiteatro de popa; un pasillo que abre en canal el corazón del buque para crear un Central Park con 12.000 especies de plantas donde no para de escucharse el cantar de pájaros como papagayos (eso sí, mecánicos).

Representantes de medios especializados que recorrieron ayer sus entrañas tenían dificultades para encontrar una referencia de oferta de ocio y lujo similar. "Es que ni siquiera un resort hotelero de Disney ofrece tanto como este crucero", comentaban. "El destino es el barco en sí mismo; poco importa adónde vaya", resumía otro. Y a modo de conclusión coincidían en que "más que a bordo de un barco te hace sentirte en una ciudad, pero que es flotante".

"Te puedes hacer el viaje desde 800 euros sin gastarte más que eso", afirmaba una empleada de Royal en España. Pero buena parte de los servicios más innovadores, como también muchos de sus 20 restaurantes especializados, son de pago, así que debe resultar muy difícil evitar algún sobrecoste en el viaje. Para quien no repare en gastos y desee disfrutar de todas las experiencias de este barco alojándose en una de las suites -dispone de hasta 2.747 camarotes-, pueda acabar pagando hasta 10.000 euros.

Un paseo por dentro del 'Harmony of the Seas' // Marta G. Brea

Del consumo a bordo al que hacen en tierra sus más de 6.000 pasajeros y 2.100 tripulantes. Según cálculos de Royal Caribbean, cada escala de uno de sus barcos tiene una repercusión en la economía local de 350.000 euros. Para este año en Vigo hay programados 12 buques de esta armadora. El presidente del Puerto, Enrique López Veiga, agradeció la "fidelidad" de la naviera norteamericana con la terminal viguesa y expresó su deseo de que "se mantenga". Respecto al que calificó como el "bache" previsto para 2017 en este tráfico, Veiga confía en remontarlo "haciendo cosas entre todos para que seamos apetitosos para las navieras". Para la llegada de esta megacrucero la Autoridad Portuaria contó con la "estrecha" colaboración del Concello y de Zona Franca.

El Harmony of the Seas soltó amarras sobre las cinco de la tarde. Escoltado por dos remolcadores lanzando chorros de agua, el colosal buque enfiló hacia la salida sur de la ría viguesa rodeado de embarcaciones deportivas.Era la escena que retenía apostados por todos los rincones de ambas márgenes de la ría a cientos de personas. Desde la escollera de O Berbés hasta la de Cangas, nadie perdió de vista al gigante hasta que se fundió en el horizonte dejando Cíes a su estribor.

La salida del 'Harmony of the Seas' en un minuto // VÍDEO: J. Álvarez | FOTO: J. ÁlvarezMarta G. Brea