Harmony of the Seas | La despedida del 'Harmony', desde el aire

Harmony of the Seas | La despedida del 'Harmony', desde el aire FDV

A la ya nada despreciable oferta lúdica y gastronómica de la clase Oasis, Royal Caribbean se supera a sí misma incorporando al Harmony of the Seas varias de las innovaciones que deslumbraron en la presentación de los barcos de la serie Quantum. Empezando por estas últimas, el Ultimate Abiss, situada a popa, es la primera plataforma en alta mar destinada a los pasajeros más audaces que se atrevan a hacer bajadas a velocidades de vértigo hasta la zona del Central Park, situado 10 cubiertas más abajo; el Bionic Bar, atendido por robots donde a través de su tableta el viajero puede solicitar el combinado o cóctel de su preferencia, o el nuevo restaurante Wonderland, que rinde culto a la cocina creativa, pasando por la banda ancha más potente jamás instalada en un barco de pasajeros, para que el crucerista pueda navegar a toda máquina, o los coloristas toboganes multicubiertas que presiden el parque acuático sin olvidar los nuevos camarotes interiores provistos de balcones virtuales que no son otra cosa que una enorme pantalla que cubre una de las paredes de la estancia, donde se ofrecen imágenes del exterior en tiempo real, y, en el otro extremo, las nuevas Royal Suite Class, increíbles apartamentos de dos niveles con servicio de mayordomo y lugares de acceso privado. Además, a todos los pasajeros se les facilita nada más entrar una pulsera electrónica que les servirá tanto para acceder a sus camarotes como para realizar compras y reservas a bordo.

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El 'Harmony of the Seas' por dentro

Como no podía ser menos, a bordo del Harmony of the Seas no falta un impresionante teatro de 1.380 asientos, donde se representa actualmente el musical Grease, de Broadway, y otras obras de fama internacional; bañeras de hidromasaje suspendidas en lo alto de las dos bandas del barco donde el viajero, además de encontrar relax, puede disfrutar de magníficas vistas; Royal Promenade, auténtica calle comercial situada en el corazón del barco jalonada por numerosas tiendas, bares, cafés e incluso una sala de baile; Central Park, un tranquilo lugar para pasear en medio de 12.000 plantas y 52 árboles de hasta 6 metros de altura, por supuesto, naturales, y procedentes de distintos lugares del mundo en el que tampoco faltan tiendas de marcas tan exclusivas como Bvlgari o Hublot (la invitación al consumo, por supuesto de pago, es una constante en cada rincón del barco); paredes para practicar escalada, un clásico en los barcos de Royal Caribbean; simuladores de olas para surfear, cuadrilátero de boxeo, cancha de baloncesto, campo de mini-golf y pista de hielo para disfrute del pasajero, pero que también es utilizada para espectáculos de patinaje.

Otro de los lugares estrelares, sobre todo para los niños, es el Boardwalk, un paseo marítimo donde no faltan las típicas tiendas donde comprar chucherías, perritos calientes o hamburguesas y en el que también se encuentra un tiovivo. Al final del paseo se ubica el AquaTheater, un anfiteatro al aire libre, escenario de espectáculos de agua, luces y acrobacias.