No llegan ni a una veintena los profesionales sanitarios que aún desempeñan su labor en la torre del Hospital Xeral, siete meses después del cierre de hospitalización. Son trabajadores de los servicios de Análisis Clínicos, Hematología y Microbiología. Con la apertura del nuevo hospital, a la mayoría les tocaba trasladarse al Meixoeiro, pero la anulación del contrato para equipar los nuevos laboratorios frustró este movimiento y la fecha de su traslado se convirtió en una incertidumbre, sobre la que la plantilla hacía apuestas. Estas se han acabado. Ya les han dado la que creen definitiva: el próximo 30 de mayo.
El Servicio Galego de Saúde debe abandonar el pirulí para que se cumplan los plazos previstos para el traslado de la Ciudad de la Justicia al antiguo hospital. Tras vaciarlo del todo, devolverá el edificio a su propietaria, la Tesorería General de la Seguridad Social, para que esta vuelva a cedérselo a la Xunta, pero para usos judiciales.
En el vaciado de la torre del Xeral, se han quedado para el final las subespecialidades de laboratorio que, quizás, emplean la maquinaria que más espacio ocupa. La mayoría se trasladan al Hospital Meixoeiro, donde les están habilitando espacios provisionales, hasta que no esté disponible el futuro laboratorio central, que ocupará las antiguas urgencias. Son alrededor de 8 profesionales de Análisis Clínicos que realizan las pruebas de orinas y automáticos de bioquímica -que se mueven a la antigua zona de diálisis-, así como de hormonas, marcadores tumorales y fármacos. Estos días se ha ampliado la cadena robotizada del laboratorio del Meixoeiro para poder incorporar estos últimos análisis, así como los de serología de Microbiología. Este servicio también manda para este centro las microbacterias y otros cultivos. A Hematología solo le quedan en el Xeral dos o tres personas que se encargan de la coagulación especial y que se irán a Beade, donde está sobre la mesa el proyecto de crearles un espacio específico.
