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Investigadores de la Escuela de Telecomunicación

La Universidad de Vigo crea un radar para la Armada que reduce la detección de sus barcos ante amenazas enemigas

Ingenieros de Teleco crean un sistema que determina la visibilidad de las unidades militares ante una amenaza y permite tomar medidas paliativas para que sean menos detectables

Versatilidad: a bordo de un todoterreno o barco | Si su predecesor necesitó 6 años de trabajo, el DIAR se puso a punto en poco más de un año, de forma que los exigentes plazos han sido casi el mayor reto. Con estructura de araña retráctil está instalado en un todoterreno y puede ser operativo desde el mismo, sobre el terreno o incluso en la cubierta de un barco. Arroja una especie de fotografía de la visibilidad de la unidad a proteger.

El éxito de las operaciones contra los barcos piratas que se desarrollan en el cuerno de África depende en gran medida de lo sigilosas que sean las fragatas españolas que los abordan. La Armada afronta en su día a día situaciones como ésta en las que la seguridad y la consecución del objetivo están relacionadas con el grado de invisibilidad alcanzado. Y la Universidad de Vigo lleva años siendo su aliada en esta misión. Investigadores de la Escuela de Telecomunicación acaban de entregar en la Escuela Naval de Marín un radar capaz de detectar la vulnerabilidad de barcos, submarinos o aviones ante amenazas externas y que facilita la adopción de medidas que los hagan menos detectables.

El sistema DIAR (Demostrador Instrumental de Alta Resolución) es una versión mejorada de su predecesor, LIBRA, también diseñado por ingenieros del grupo de Antenas, Radar y Comunicaciones Ópticas. Operativo durante la última década, midió todos los barcos de la Armada española, además de submarinos, aviones de la base de Rota y helicópteros. También se utilizó con resultados satisfactorios en tres pruebas internacionales de la OTAN desarrollada en España, en Italia y Noruega.

"El nuevo equipo tiene una filosofía completamente distinta y genera más información que el anterior a la hora de determinar la capacidad de supervivencia de un navío frente a una amenaza y en escenarios más complejos. Sus prestaciones son muy superiores", destaca José Luis Rodríguez, uno de los profesores involucrados en el proyecto junto a Fernando Obelleiro e Inés García-Tuñón.

El sistema DIAR, en el que la Armada ha invertido 800.000 euros, mide la reflectividad de cualquier unidad militar para determinar hasta qué punto y a qué distancia es detectable por parte de diferentes dispositivos, desde los instalados en un barco a los misiles de guía radar.

"Y no solo proporciona una valor de intensidad, sino que permite saber qué elementos hacen distinguible a ese vehículo de su entorno. Por ejemplo, determina si el problema está en el diseño del puente o las grúas de izado de embarcaciones. Este conocimiento resulta útil para el diseño de futuros barcos y para tomar medidas correctivas, por ejemplo, pinturas que los hacen invisibles al radar", destaca José Luis Rodríguez.

En este sentido, los ingenieros vigueses también colaboran con la Armada y la empresa Micromag, radicada en Madrid, para determinar la fiabilidad de las pinturas que fabrica esta última. Y ya se han desplazado en tres ocasiones a Birmania para evaluar la fiabilidad de estos productos en las nuevas patrulleras de la Armada del país asiático para la persecución del contrabando.

El radar DIAR fue entregado este jueves a la Escuela de Marín, donde también se han hecho pruebas durante la semana, pero los investigadores continuarán evolucionando su diseño y ya trabajan en un sistema gemelo de firma infrarroja para determinar la vulnerabilidad de un buque frente a detectores láser o de infrarrojos. "Un barco es una fuente de calor distinguible del entorno y muchas armas tienen sistemas de guiado por el calor. Este radar nos permitiría detectar qué elementos emiten calor y cuánto, además de tomar medidas paliativas para poder pasar más desapercibidos", explica Rodríguez, que participa habitualmente como representante nacional en los grupos OTAN.

Al acto oficial de recepción del sistema en Marín asistieron el gerente y el vicegerente de Asuntos Económicos de la Universidad, además de los investigadores implicados, el director del centro, José María Núñez Torrente, el capitán de navío José Antonio López Moreno, un representante de la dirección general de Armamento del Ministerio de Defensa y David García, ingeniero de proyectos de Indra, empresa subcontratada por el grupo vigués para fabricar parte de la estructura mecánica.

El equipo del campus tiene un amplio historial de colaboraciones con la Armada, que se inició a través del Centro de Medidas Electromagnéticas (Cemedem), cuando éste todavía estaba en la antigua ETEA. Su primera incursión en el sector tecnológico militar fue de la mano de Navantia, con la que siguen colaborando, para diseñar antenas de comunicación de largo alcance para los buques de la Armada.

El sistema vigués impresionó incluso en Australia, que les ha encargado la antena de su nuevo destructor. "Fernando Obelleiro se encuentra allí ahora mismo. El contrato incluye la fabricación de los acopladores. Los primeros los desarrollaba una empresa alemana, pero los nuestros funcionaban mejor. Los australianos se quedaron muy sorprendidos", señala Rodríguez.

El profesor destaca la oportunidad que suponen estas colaboraciones para los alumnos de la escuela: "Creamos ilusión, porque ven que trabajamos en cuestiones punteras y de mucha innovación. No solo en este campo, que supone una salida laboral, sino en otros como el espacial. También nos ayuda a captar talentos para la investigación".

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