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Nuevo jefe de Medicina Interna del Chuvi

Manuel Crespo: "El mayor reto es cohesionar a una plantilla que viene de tres centros"

"Estar en dos hospitales es una dificultad añadida, pero permitirá proyectos como ofrecer mucha terapia sin ingreso en el Meixoeiro"

El doctor Manuel Crespo, ante el acceso al Cunqueiro. // Ricardo Grobas

Desde su puesto de la unidad infecciosas en el Vall d'Hebrón, le sorprendió ver cómo el Álvaro Cunqueiro era "foco del debate político constante". Ahora, que este vigués acaba de asumir las riendas del complejo servicio de Medicina Interna del Chuvi, fija entre sus retos que la ciudadanía recupere la "confianza de que van a recibir una atención por profesionales enormemente preparados". "Está al nivel de los mejores de España y tenemos que transmitirlo", subraya. Pero el mayor desafío al que se enfrenta ahora es cohesionar a una plantilla que procede de tres centros y se mantiene dividida en dos. No es un desconocido. Se especializó en el Xeral y muchos médicos han rotado con él en Barcelona. Conoce al 60% de la plantilla.

-¿Qué es lo que le ha convencido para volver?

-Es un proyecto con un enorme futuro y con mucho impacto sobre la atención. Es el servicio con más camas de ingreso y el papel del internista recobra un enorme peso, por el cambio epidemiológico: pacientes mayores, con un montón de enfermedades, para los que los avances de la técnica significan poco. En ellos, lo que tiene más impacto es un médico capaz de atender a sus variados y simultáneos problemas de salud. Además, suponía volver a casa después de 22 años.

-¿Qué volumen de ingresos y camas tienen?

-Ahora, unos 235 ingresos. En el pico, fueron cerca de 300. Tenemos unas 205 camas asignadas -60 en el Cunqueiro, 130 en el Meixoeiro y 15 de paliativos-, con posibilidad de aumentarlas doblando habitaciones.

-¿Suficientes?

-No tenemos problema de camas. Como se pueden ampliar, quizás haya sobrecarga de trabajo. Tengamos 200 o 300 ingresados, los médicos son los mismos. Además, crecieron mucho los ingresos porque asumimos los que veían otras especialidades, mayores con insuficiencias cardíacas o patología bronquial. Estamos encantados, pero hay que ver si el número de profesionales es adecuado, teniendo en cuenta que los pacientes van en aumento.

-¿De primeras, qué le hacen pensar las ratios?

-Si solo tenemos en cuenta que somos 30 médicos -tres dedicados solo a consultas-, las ratios no son malas. El problema es que, aparte de los ingresos, hay otro tipo de demanda asistencial, como las interconsultas, que generan muchísimo trabajo. Y nunca están los 30 médicos por las guardia, vacaciones?

-Además de ser grande, es un servicio complejo, el único que estaba dividido en tres hospitales y lleva mucho sin una jefatura estable. ¿Cómo se va a enfrentar a eso?

-La situación no es fácil. El mayor reto ahora mismo es lograr la cohesión interna de esos profesionales que vienen de tres hospitales, de características diferentes y que trabajaban con patología distintas. Marcar unos objetivos compartidos por todos y que sean capaces de aunar esfuerzo. Veremos entre todos cómo lo diseñamos para sentirnos cómodos.

-¿Le parece que es la mejor situación para el servicio estar dividido en dos hospitales?

-Tiene aspectos positivos y otros que no lo son tanto. El negativo es que no podemos reunirnos todos para discutir problemas o compartir experiencias clínicas y eso crea una dificultad añadida. Pero nos permitirá poner en marcha proyectos específicos que, sin el Meixoeiro, serían muy difíciles. Podremos hacer muchísima terapia ambulatoria, sin ingreso. Ahora se hace a pequeña escala. Podremos tratar a un montón de pacientes que por su edad y sus múltiples problemas, reingresan mucho y, así, evitarlo. Podemos atenderles en hospital de día, valorarles periódicamente y, si hace falta, tratarles allí. O los pueden derivar de Primaria y evitamos que vayan a Urgencias.

-Estaba prevista una unidad de pacientes pluripatológicos en esa línea y no se logró poner en marcha. ¿Ahora lo ve viable?

-Es una unidad enormemente útil para los hospitales y cada vez lo será más. Quizás el momento en el que se planteó no era el idóneo porque había muchos otros problemas que solucionar antes.

-Uno de los problemas que surgieron es decidir dónde ingresan los que entran por urgencias. ¿Cuál sería el paciente del Meixoeiro y cuál el del Cunqueiro?

-Hay que poner en marcha una serie de protocolos para seleccionarlos muy bien. El Meixoeiro no es un hospital sociosanitario como era el Nicolás Peña, está mucho mejor dotado. Puede atender a pacientes que tienen cierto grado de complejidad. Hay que acabar de definirlo, porque es probable que intentemos cambiar la estructura del servicio. Mi idea es crear unidades funcionales específicas con alta capacidad de resolución. Es decir, dividir a los profesionales en unidades, aunque manteniendo la unión del servicio, para compartir problemas, pacientes, atender a aquellos que no encajen en estos grupos... Como la unidad de infecciosas, que actuaría de forma transversal, con Medicina Preventiva y Microbiología, atendiendo las infecciones que surgen en todos los servicios médicos y quirúrgicos. Es de enorme eficacia y utilidad dentro de los hospitales de tercer nivel. Otras unidades serían las de patologías que requieren una atención hiperespecializada: enfermedades autoinmunes, vasculitis? Pero es algo que tenemos que discutir todavía.

-¿Ve necesario que el Meixoeiro recupere la UCI? ¿La reclamará?

-No es una exigencia importante para nuestro servicio. Necesitamos una unidad de cuidados de semicríticos, para estabilizar a un paciente y traerlo al Cunqueiro, que es lo que ya hay. Tiene que estar bien dotada.

"Me gustaría crear una unidad de investigación, tenemos que ser capaces de atraer talento"

  • Aunque para hacer la especialidad de Medicina Interna tenía la opción de quedarse en Vall d'Hebrón, donde trabajaba como farmacéutico, el doctor Crespo escogió Vigo. "Me motivaba volver para colaborar en casa", justifica. Al igual que, cuando jugaba al fútbol, su aspiración era ser del Celta, cuando acabó Medicina, su "ilusión" era trabajar en el Xeral.-¿Y por qué cuando acabó la especialidad regresó a Barcelona?-Por esa inquietud de hacer cosas. Aquí, para investigar, que me atrae mucho, está muy limitado. Tenemos una carga asistencial enorme.-¿Eso es algo que quiere cambiar?-Claro. Me gustaría crear una unidad de investigación y traer a gente que quiera colaborar. Tenemos que atraer talento, a los mejores, gente que destaque.-¿Alguna otra cuestión que quiera importar de Vall d'Hebrón?-Las circunstancias de los hospitales son diferentes. Creo que las ganas de hacer bien las cosas y la ambición por destacar con un servicio de alta calidad asistencial y capacidad para formar muy bien a estudiantes pregrado y a médicos MIR. El que quiere especializarse en Medicina Interna debería ver a nuestro hospital como la primera elección en Galicia. Es la ambición de tener un servicio referente a nivel asistencial y docente y tener capacidad de poner en marcha proyectos de investigación. Esto contribuye a mejorar la calidad asistencial, muestra un espíritu crítico en el profesional y obedece a una necesidad intelectual de responder a preguntas que no están contestadas.

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