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El negocio de la principal vía de comunicación de Galicia

Audasa eleva su beneficio hasta los 45 millones, un 57% más que hace un año

La concesionaria de la Autopista del Atlántico eleva sus ganancias un 56% -Los ingresos por peajes crecieron en 2015 un 5,5%, en línea con el alza de los tráficos -La plantilla sigue cayendo y se sitúa en 220 empleados

A pesar de la congelación de los peajes, algo que no ocurría desde 2009, la evolución del tráfico durante 2015 hacía prever que no sería un mal ejercicio para las cuentas de la concesionaria de la Autopista del Atlántico. Y efectivamente no lo fue. El negocio de Audasa cosechó el mejor resultado de los últimos cuatro años, con un incremento del 5,1% en los ingresos por el pago de los conductores, hasta los 134,246 millones de euros. En 2014 el importe neto derivado de las tarifas en la principal carretera de la comunidad se situó en 127,75 millones. Aquel fue el primer síntoma de recuperación tras las caídas acumuladas en la facturación desde el estallido de la crisis, con un ascenso del 2%, que ahora se consolida e impulsa al alza también el beneficio de la compañía. Un total de 44,669 millones de euros. Nada menos que un 56,6% por encima de 2014, según el informe remitido ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El comportamiento de la caja de Audasa es idéntica a la de usuarios. La intensidad media diaria en 2015 alcanzó los 21.869 vehículos, un 5,5% más que el ejercicio precedente, en niveles de 2011. En los meses de marzo y junio, las subidas llegaron a tocar el 7,6%; y superaron en 6% en la recta final del año. En vehículos pesados, como recogen las estadísticas actualizadas en las vías de peaje del Estado del Ministerio de Fomento, el avance fue mucho menor, del 1%, con 1.869 camiones de media por jornada.

Precisamente la diferencia entre el 5,5% del crecimiento de los tráficos y el 5,1% de la cifra de negocios -incluidas las bonificaciones de Xunta y Ministerio de Fomento en algunos tramos, los llamados peajes en la sombra, y el descuento que se aplica a los viajeros que diariamente recorren la parte de Vigo a Pontevedra- viene, entre otros motivos, de ese menor vigor entre los vehículos pesados, que pagan más por el uso de la autopista.

La otra clave del abultado incremento de las ganancias está en las provisiones. La hucha que todas las empresas deben llenar para hacer frente a incertidumbres ligadas a su actividad que en algún momento pueden requerir un desembolso relevante de dinero. Si en algún momento el peligro desaparece, la cantidad reservada puede revertirse al resultado. Como ocurre en 2015. Por un exceso de provisiones con anterioridad, Audasa engrosa sus cuentas en 10,603 millones de euros.

El capítulo con otros ingresos ajenos a los peajes aumentó un 26%, hasta los 1,549 millones de euros. La compañía mete la tijera a los gastos de explotación. Bajan un 11,4%, unos dos millones de euros menos, hasta los 16,3 millones. También cae la partida destinada a los salarios, que suma 9,722 millones después de un descenso del 0,4%. Porque la plantilla vuelve a caer de nuevo. El número medio de trabajadores en 2015 fue 220 -135 hombres y 85 mujeres-, frente a los 225 de 2014, como consta en la información financiera enviada al supervisor de los mercados. La tendencia a la merma de operativos es constante en la compañía. Una década atrás, el personal superaba de largo los 300 empleados.

El resultado bruto de Audasa cerró el ejercicio así en 90,418 millones de euros. Los gastos financieros aumentan ligeramente. Un 2,5%, hasta los 31,171 millones de euros, a consecuencia del ascenso de la deuda contraída durante los últimos dos años para afrontar las obras de ampliación de Rande y la entrada a la autopista en Santiago de Compostela. El saldo de las emisiones de valores para captar la inversión alcanzó a 31 de diciembre los 1.029 millones de euros. Antes de impuestos, las ganancias alcanzaron los 62 millones. Los tributos por beneficios se llevaron 17,4 millones y dejan el beneficio neto en casi 44,7 millones, también el mejor dato desde 2011. Hasta ahora, el récord en las cuentas de la concesionaria de la Autopista del Atlántico está en 2010, cuando las ganancias superaron los 68 millones de euros. El mínimo fue en 2014, con 28,5 millones.

El informe de Gobierno Corporativo que Audasa puso también ayer en manos de la CNMV confirma la congelación de las dietas a los miembros del consejo de administración. Son siete. La remuneración por asistencia a reuniones de la cúpula del grupo controlado por ENA alcanzó 24.000 euros. El director general, Andrés Muntaner, cobró 172.000 euros. Lo mismo que en 2014.

Una ampliación al ralentí en Rande, la "joya de la corona"

  • Rande es, con un promedio de 55.000 vehículos diarios, la "joya de la corona" de la AP-9, y reporta a Audasa grandes beneficios. El tramo entre O Morrazo y Vigo es gratuito para los usuarios, pero la concesionaria cobra religiosamente lo mismo que si hubiese cabinas, ya que Xunta y Estado subvencionan el 100% del coste de cada viaje.El paso por el estrecho siempre ha sido la perla de la concesión por su enorme tráfico, que creció ininterrumpidamente desde la apertura del puente en 1981 hasta 2007, cuando alcanzó los 61.500 vehículos diarios de media y picos en agosto superiores a los 70.000. Entonces inició un lento declive, pero siempre resistió mejor que el resto de la AP-9 y desde hace dos años el tránsito vuelve a crecer.El viaducto soporta tráficos que lo colocan en el umbral del colapso. Sobre todo en verano, cuando puede ser una odisea cruzar la ría en horas punta por los desplazamientos masivos a las playas de O Morrazo. La ampliación se convirtió en una necesidad hace ya casi una década. Fue finalmente adjudicada por Audasa a las empresas Puentes y Dragados por 130 millones en diciembre de 2014, pero dieciséis meses después pocas señales hay en el puente de la ambiciosa obra, consistente en instalar dos tableros, uno por cada lado, con sendos carriles.Mientras los trabajos avanzan con celeridad en los accesos en Redondela, el viaducto apenas registra avances. Solo unas estructuras montadas hace meses y personal en tareas de supervisión, sin que el puente empezase a cambiar su fisionomía ni haya rastro de ello.Las constructoras intentaron el año pasado cambiar el proyecto por uno más sencillo, que eliminaba los tableros, alegando complicaciones tras el examen técnico de los tirantes.Fomento lo descartó de plano al tratarse de una alteración "sustancial". Ahora las compañías fijan para otoño el montaje de las piezas, manteniendo el diseño original con los dos tableros laterales.

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