Antes de que estallase la crisis los despidos objetivos, aquellos en los que las empresas alegan, entre otras, causas económicas, eran toda una excepción en Vigo. Pero este escenario cambió, sobre todo en los años más duros de la inestabilidad económica, cuando las demandas de esta tipología no solo se dispararon, sino que se pusieron a la cabeza en los juzgados laborales de la ciudad olívica. Y ahora la situación ha dado otro vuelco y, de nuevo, empieza a parecerse más a la que había antes de la crisis. "Hay un cambio de ciclo que apunta a que estamos ante una época de mayor salud económica", resaltan en los tribunales y también los abogados especializados en esta materia. Los despidos por causa objetiva se redujeron de forma notable y los disciplinarios, los que se realizan justificándolo el empresario en un incumplimiento grave por parte del trabajador, vuelven a ser mayoría: los casi 170 registrados en el primer trimestre de este año representan seis de cada diez de los que acaban ante el juez.
"Efectivamente ya no hay tantos despidos objetivos como entraron durante estos años anteriores. Algo que parece indicar que las empresas ya ajustaron plantillas y que la crisis se está superando un poco", explicaba esta semana el letrado de la Administración de Justicia (nueva denominación de los secretarios judiciales) de uno de los juzgados de lo Social de Vigo. Las estadísticas refrendan sus afirmaciones, ya que del total de 269 demandas de despido tramitadas entre el 1 de enero y el pasado 31 de marzo, 169 de ellas, el 62% del total, fueron por motivos disciplinarios.
"Son aquellos casos en los que el empresario alega que hubo una transgresión de la buena fe contractual por parte del trabajador", afirman en una de las salas, señalando que los motivos que se exponen suelen ser "faltas reiteradas al trabajo, desobediencia, faltas de respeto...". Son, en definitiva, los que se producen por una supuesta acción del empleado. "También se dan casos en los que la empresa se inventa una causa disciplinaria, por ejemplo disminución del rendimiento, porque no tienen una causa objetiva que demostrar; lo habitual en estos supuestos es que se acabe reconociendo la improcedencia del despido", agrega el letrado laboralista Fabián Valero.
Desplome
Y frente al incremento de estos despidos, los que se desploman son los que fueron los procedimientos estrella en los peores momentos de la crisis. Son los despidos objetivos, modalidad de extinción del contrato en la que las empresas pueden alegar causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, siendo la primera a la que más se recurrió. Las 89 demandas de este tipo que hubo entre enero y marzo son un 27% menos de las registradas en el mismo período del año anterior. De estar a la cabeza han pasado a representar solo tres de cada diez de los despidos que acaban en los juzgados.
Y sin salirse de esta clase de despido también se puede observar que las causas de los mismos ya no se sustentan, como antes, en pérdidas económicas. "Cambian las causas dentro de los despidos objetivos", afirma Javier de Cominges, otro abogado vigués experto en litigios laborales. "Antes la razón que más alegaban las empresas era la económica y ahora estamos viendo que exponen otras que también se incluyen en este tipo de despido, como las organizativas o las productivas", señala.
Y, mientras, las rescisiones de contrato -las solicitan los trabajadores por falta de pago, vulneración de derechos fundamentales, etc.- se mantienen. En lo que va de ejercicio hubo 31 demandas.
