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Poder femenino al mando de la Universidad

El 50% de los centros propios y adscritos están en manos de directoras, al igual que dos centros de investigación

Consuelo Currás, Belén Rubio, Ana Pita y Natalia Caparrini en Vigo y Ana Garriga, Marta Fernández, Mar García, Susana Reboreda, Estrella Portela y Elena Rivo, en Ourense. // A. Irago | B. Lorenzo

En 2014 una niña de 7 años sonrojó a los responsables de Lego tras afearles por carta la falta de personajes femeninos que fuesen profesionales y viviesen aventuras tan interesantes como las de sus compañeros. La compañía reaccionó lanzando una colección de mujeres científicas que se agotó en cuanto llegó a las tiendas. Aunque esta anécdota ilustra que todavía queda camino por recorrer, hace mucho tiempo que la mujer se ganó su espacio en el ámbito académico y de la investigación. La conquista de los cargos de gestión y gobierno ha sido más lenta pero en la Universidad de Vigo las mujeres han alcanzado cuotas históricas, con un gobierno paritario, los decanatos del 50% de los centros propios y adscritos, seis de siete en el caso del campus de Ourense, así como la dirección de dos importantes centros de investigación, el Cinbio y el Cacti.

En muchos casos, ellas son las primeras mujeres que han accedido al decanato en los 25 años de historia de la institución, por ello esperan servir de ejemplo y confían en que la presencia femenina siga aumentando en los puestos de responsabilidad y se rompa la brecha. Pero ¿cuándo habrá una rectora? Ninguna se atreve a poner fecha, aunque algo sí tienen claro: "Lo haría igual de bien que un hombre".

En el campus vigués, Empresariales, Ciencias Jurídicas, Ingeniería de Minas y Ciencias del Mar están dirigidas por mujeres, a igual que los centros adscritos de Magisterio CEU -Mª Jesús Ayuso- y la Escuela de Enfermería del hospital Meixoeiro -Victoria Lojo-.

Consuelo Currás, Belén Rubio, Ana Pita y Natalia Caparrini. // A. Irago

Belén Rubio, la primera mujer al frente de la Facultad de Ciencias del Mar, acaba en junio su mandato y va a presentarse a la reelección. Ella y su compañera de departamento Soledad García Gil son además las únicas catedráticas en el área de Estratigrafía de toda España.

"Nadie conoce el apellido de Marie Curie porque adoptó el de su marido y hasta que entró el siglo XX las mujeres no podían subir a los barcos porque daban mala suerte. Hoy grandes oceanógrafas dan nombre a buques de investigación como el Ángeles Alvariño o el Emma Bardán, pero el camino es lento. Hay iniciativas para poner en valor a las científicas y la participación de la mujer va aumentando. La tendencia hacia la igualdad es cada vez más positiva, pero sigue habiendo un gap en el número de catedráticos o los cargos de mayor rango", apunta.

Y es que a pesar de que las alumnas matriculadas superan a sus compañeros en todos los centros, excepto en las ingenierías -según el último informe de la Unidad de Igualdad, en el curso 2013/14 ellas sumaban el 50,7%-, el porcentaje de profesoras se reduce hasta el 40% y el de catedráticas al 26,4% -son 37-. Además solo un 35% de mujeres dirigen grupos de investigación, un 15% en las ingenierías.

Ana Garriga, Marta Fernández, Mar García, Susana Reboreda, Estrella Portela y Elena Rivo. // Brais Lorenzo

La proporción es similar en todas las universidades españolas y el informe "Científicas en cifras" del Ministerio de Economía y Competitividad ratifica el "lento" avance de la mujer en las escalas superiores del I+D. Ellas se inician en la carrera investigadora -casi el 50% de los doctorados en 2012 eran mujeres- pero solo suponen el 38,5% de todo el personal dedicado a este campo en el mismo año.

"Se promueve la presencia de la mujer en las comisiones, por ejemplo, para conceder plazas, pero a algunos catedráticos de la vieja escuela les molesta que una mujer las presida. Estas situaciones se siguen viviendo hoy en día. Cuesta cambiar inercias y por eso se necesita potenciar la igualdad", defiende Rubio.

"A mí, las cuotas me planteaban dudas porque a veces exigen equilibrios imposibles pero si no existiesen igual no había presencia de mujeres en esas comisiones. Las políticas de igualdad son importantes para que nuestra potencialidad no se pierda por usos y costumbres heredadas. No se puede llegar a los puestos por ser mujer, pero no está mal que haya cuotas. En un país con tanta tradición democrática como EE UU todavía no ha habido una presidenta. Todavía se arrastran vestigios del rol que se le adjudicaba a la mujer", reflexiona Ana Pita Grandal, catedrática de Derecho Financiero y Tributario y primera decana de Ciencias Jurídicas.

Terminará su segundo y último mandato en septiembre y coincide con sus compañeras en que el género no le ha frenado en su carrera -"No he vivido discriminación ni nunca he sentido que no llegase antes por ser mujer"-, pero sí constata la existencia de techos de cristal.

"Las causas por las que las mujeres no decidimos acceder a cargos de responsabilidad son variadas. Necesitas compartir tu vida con alquien que contemple tu carrera como algo a defender y mantener y se involucre en la paternidad. Y también se precisan apoyos sociales a la conciliación e incluso tributarios. Pero lo cierto es que, a la hora de tener un hijo, tener 30 años no supone lo mismo para un hombre que para una mujer. Debemos adaptarnos a los condicionantes que tenemos por el hecho de ser mujeres y a una sociedad hecha por y para los hombres. Pero la presencia femenina irá aumentando con las nuevas generaciones", confía.

Decanas y directoras subrayan que la educación en igualdad debe estar presente en la familia y en la escuela. ""Hay que dar tiempo a que las cosas cambien. La responsabilidad compartida ayuda a que las mujeres asumamos más responsabilidades y desde la propia Universidad también se potencia que seamos protagonistas. En nuestro centro hemos tenido una jornada sobre el papel de la mujer en la industria y el próximo curso la dedicaremos a la pesca en colaboración con la FAO", comenta Consuelo Currás, recién elegida como directora de Empresariales, la tercerea en una escuela con casi un siglo de vida.

Edita de Lorenzo se convirtió en 2009 en la primera mujer en tomar las riendas de una escuela de ingeniería en Galicia. Ella capitaneó Telecomunicación hasta 2015, mientras que Natalia Caparrini asumía la semana pasada la dirección de Minas. Junto con Ana Garriga en Informática de Ourense, las tres son las únicas mujeres que han ocupado hasta ahora el máximo puesto de responsabilidad en centros de la rama tecnológica de la universidad viguesa.

"Éramos alumnas, profesoras e investigadoras, pero las cosas están cambiando y hoy también asumimos puestos de gestión. Es una cuestión de educación y también de información que más chicas estudien Ingeniería de Minas. Es un campo que se suele vincular al hombre y muchas veces ellas no son conscientes de que es una opción más en la que ya trabajan muchas mujeres. Solo tienen que pensar si les gusta, no verlo como un campo que no es para ellas", defiende Caparrini.

Aún así, la proporción de alumnas en su escuela es mayor que en Industriales y Teleco y, según un estudio realizado en el centro, ellas abandonan menos y se gradúan con mejores notas. "Aunque la diferencia no sea muy grande, son muy constantes y trabajadoras y más organizadas", apunta la directora.

La captación de más alumnas es una preocupación en Ingeniería Informática, dirigida por Ana Garriga desde 2013: "Pervive la idea de que son ámbitos más masculinos pero la existencia de directoras proyecta una imagen a la sociedad de que las cosas cambian. Hay que empezar desde Primaria a realizar actividades relacionadas con las ingenierías en las que ellas también se sientan aludidas. Tenemos muchos comportamientos aprendidos que transmitimos a las niñas sin ser conscientes. La realidad y los números demuestran que hay camino por andar".

Conciliación familiar

"Obviamente no existen normas jurídicas que impidan o frenen de una forma directa la promoción de las mujeres. Los obstáculos suelen ser más bien los prejuicios o ideas tradicionales como el reparto de roles en el trabajo y el cuidado de la familia, el diseño legal de los permisos parentales o la falta de una corresponsabilidad real. También faltan servicios públicos y gratuitos para el cuidado de los más pequeños y dependientes", sostiene Marta Fernández Prieto, la tercera mujer en acceder al decanato de Derecho en Ourense.

Las direcciones femeninas de los campus de Vigo y As Burgas se completan con dos de Pontevedra, las de Bellas Artes y Fisioterapia, dos facultades por primera vez en manos de mujeres: Silvia García y Eva Lantarón, respectivamente.

Respecto a si ellas aportan cualidades diferentes a la gestión y gobernanza las opiniones son dispares, Belén Rubio, Natalia Caparrini y Ana Garriga creen que "depende del talante no del género", pero Consuelo Currás defiende la capacidad femenina para el diálogo. "Somos más flexibles que ellos y capaces de manejar varias cuestiones al mismo tiempo", destaca.

La decana de Ciencias Jurídicas ve "más vocación de servicio público" en la mujer. "El hombre se mueve quizá por más intereses particulares. Y nosotras también tenemos una capacidad especial para apreciar matices", añade.

En lo que sí coinciden es en desmontar los tópicos en torno a las mujeres con poder. El primero, que no promocionen a sus congéneres. Todas cuentan con compañeras en sus equipos -en muchos de ellos los hombres son minoría- y les gusta trabajar con ellas. "Me siento cómoda con hombres y mujeres y siempre he seleccionado por méritos, pero ellas siempre demuestran tener una capacidad de trabajo muy notable y son muy generosas", subraya Ana Pita.

"Lo que buscas es rodearte de gente válida", defiendeCaparrini, que también critica que a los hombres se les califique de ambiciosos y a ellas, en muchas más ocasiones, de trepas: "La aspiración de todos es mejorar. Es lo natural".

Solo una candidata ha optado a ocupar el Rectorado en 25 años

  • Ninguna mujer ha alcanzado el Rectorado en los 25 años de la Universidad de Vigo. Solo la catedrática Margarita Estévez se postuló como candidata en 1994 y perdió las elecciones frente a José Antonio Rodríguez Vázquez. Volvió a sonar como aspirante para los comicios de 2010 pero el actual rector, Salustiano Mato, fue elegido como cabeza de lista del grupo Alternativa Universitaria.Tampoco A Coruña y Santiago, a pesar de ser ésta centenaria, han contado con una líder. Ausencia que es común en el panorama nacional. A día de hoy, solo una de las 48 universidades públicas, la de Granada, es dirigida por una rectora. Entre las privadas, el número es mayor, seis, aunque la proporción frente a sus colegas masculinos sigue siendo mínima.En el ámbito educativo, la mujer sí ha estado presente en lo más alto del escalafón, ya que la cartera de Educación ha pasado por la mano de 4 ministras. Pero los rectorados se mantienen como coto casi exclusivo para catedráticos. Tener esta categoría es un requisito y las mujeres todavía son muchas menos que los hombres. También las direcciones de los departamentos en Vigo son marcadamente masculinas y solo un 25% tienen a profesoras como responsables.

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