Practicar en una pieza anatómicas cadáver no es igual que operar a una persona viva, porque falta el sangrado y un error nunca costará una vida. Pero es mejor que practicar en modelos artificiales, que son incapaces de reproducir las texturas de los tejidos y huesos y su manera de romperse o desgarrarse. Los cirujanos en formación no tienen muchas oportunidades para probar con ellos y la mayor parte del aprendizaje lo realizan ayudando a otro cirujano. Ayer, seis residentes y jóvenes doctores de Traumatología del Chuvi tuvieron la posibilidad de hacerlo sin salir del recinto del Álvaro Cunqueiro gracias al laboratorio móvil que facilitó la multinacional Arthrex, a través de su distribuidora gallega Clínica control.

Con los traumatólogos del Chuvi María Ferreirós y José Luis Corbacho como monitores, los alumnos practicaron técnicas de cirugía de hombro, de las que el complejo vigués puede hacer cuatro o cinco a la semana. "Es para que aprendan los que no saben y los que sí, que conozcan alguna sutura nueva o novedades técnicas", explica el jefe de traumatología, Roberto Casal Moro. Así, en los dos puestos disponibles, ayer trabajaron toda la jornada con dos hombros donados, a los que les provocaban lesiones para poder repararlas después.

El complejo tiene intención de repetir con cirugía de rodilla.