El sector portuario la catalogó como "la adquisición de mayor calado" llevada a cabo en el sector de las infraestructuras en España. APM Terminals, la filial con la que el grupo Maersk gestiona terminales por todo el mundo, cerró en agosto del año pasado la compra a la compañía de servicios portuarios Pérez y Cía -propiedad de la familia Pérez Maura- del 60,5% del capital de TCB. Con esta operación, que algunas fuentes especializadas cifraron en 1.200 millones de euros, el gigante danés se convirtió en dueño mayoritario de los recintos contenedores que controlaba TCB. Cinco en España: Gijón, Valencia, Castellón, Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria; y el resto en Esmirna (Turquía), Yucatán (México), Buenaventura (Colombia), Paranagua (Brasil) y otra en Quetzal (Guatemala) que en el momento de la compra todavía estaba en obras.
Esta adquisición da una idea de hasta dónde llegan los tentáculos de la multinacional danesa, que además de liderar el transporte mundial de contenedores busca también aumentar su negocio como terminalista. Hasta algunos consignatarios vigueses, al valorar ayer la marcha de Maersk de Vigo, reflexionaban al observar los muelles de Guixar vacíos: "Quién sabe si los daneses acabarán comprando Termavi".
Con sede en La Haya, APM Terminals estaba considerado hasta el año pasado como el tercer operador mundial de contenedores, con un volumen de 38,3 millones de Teus anuales. Ya tiene una terminal en Algeciras, donde todos se refieren a Maersk "como los dueños absolutos". La compra de la mayoría de las acciones de TCB le permite expandirse por España pero también crecer en Latinoamérica y Turquía. Con estas 11 terminales ya bajo su tutela, el grupo escandinavo suma 74 instalaciones operativas en 40 países de todo el mundo.
