A Coruña ya tiene desde ayer otro túnel operativo, el del Parrote, una construcción que contó con una inversión por parte de la Xunta de 12 millones de euros. Mientras en Vigo se sigue esperando por la prolongación del túnel de Beimar, un proyecto presentado hace una década y que sigue arrumbado en uno de los cajones del despacho de la consellería de Infraestructuras. Aunque en la precampaña de las elecciones municipales de 2015, el PP gallego y local intentaron revivir la iniciativa, ésta se quedó nuevamente en nada

Por lo demás, el Parrote vivió ayer su primer día con muy pocos vehículos, según el propio Concello coruñés.