Once años después de arrancar sus obras, el puerto exterior de Langosteira sigue devorando fondos públicos, hasta el punto de haber vaciado las arcas de su organismo promotor. La obra faraónica, y prácticamente sin uso, va camino de devorar los mil millones de euros y ha causado un estrago en las cuentas de la Autoridad Portuaria de A Coruña, cuya deuda se ha disparado hasta los 300 millones. La necesidad de corregir esos números rojos y de seguir alimentando el monstruo portuario creado ha llevado al Puerto herculino a poner en venta dos instalaciones emblemáticas situadas en sus terrenos: el hotel de cinco estrellas Finisterre y la infraestructura deportiva llamada La Solana. Con ello, pretenden obtener liquidez que les ayude a sacar a flote una situación muy delicada.

Pero además de estas ventas, habrá nuevos pasos en busca de dinero. Así, el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, aseguró ayer que su gobierno estaría dispuesto a comprar los muelles del puerto interior que quedan sin actividad para que pasen a tener uso público. "La idea es sentarnos a hablar sobre qué terrenos se adquieren y cuáles se ceden", añadió

Las relaciones entre el regidor coruñés y el presidente portuario arrancaron de una forma tensa precisamente por Langosteira y el futuro de los terrenos de los terrenos que la Autoridad Portuaria posee en la ciudad, pero que ya no tienen uso o que lo perderán pronto. Porque cuando empezó la construcción de Punta Langosteira se acordó -con el anterior regidor coruñés, el popular Carlos Negreira- que serían vendidos para la construcción de viviendas y así recuperar la inversión. El objetivo era obtener más de doscientos millones de euros con la operación urbanística, que la oposición municipal tachó de pelotazo.

Xulio Ferreiro nunca ha ocultado que la situación económica del Puerto coruñés es harto delicada y que por ello le urge la entrada de fondos. "La Autoridad Portuaria tiene un problema de financiación evidente derivado de las obras del puerto exterior", insistió ayer.

"El Ayuntamiento está dispuesto a adquirir esos terrenos o una parte", explicó el alcalde, que espera un acuerdo en la mesa de seguimiento que se convocará pronto y que estudiará "la fórmula completa". En cualquier caso, Ferreiro rechaza hablar de una cantidad concreta por el traspaso del suelo, que en todo caso tendría ahora un uso público, mientras "no existe un proyecto concreto".

Críticas del BNG

Por su parte, el BNG coruñés recuerda que ha impugnado el Plan General de Ordenación Municipal de la ciudad por el cambio de calificación urbanística de los terrenos del puerto. Y critica que las zonas que pasarán a la venta, del hotel Finisterre y la Solana, además de los muelles que pretende adquirir el Ayuntamiento, han cambiado su consideración de pública a privada, lo tilda de "vergonzoso".