El pozo sin fondo en el que se ha convertido el puerto de Punta Langosteira escribió ayer un nuevo capítulo. La obra, que va camino de los 1.000 millones y hecha "de forma discutible", como llegó a admitir el actual alcalde herculino, Xulio Ferreiro, ha contribuido a elevar cada vez más la deuda de la Autoridad Portuaria, de más de 300 millones. Ayer se anunciaron varias medidas para tratar de reducirla. Para las "necesidades financieras" inmediatas venderá dos hoteles en terrenos portuarios.

Además se resolvió un punto de fricción entre Ayuntamiento y Puerto es el futuro de los terrenos que la Autoridad Portuaria tiene en la ciudad, pero que ya no tienen uso. El Gobierno local había mostrado su rechazo a esta idea "especulativa" , pero ayer se alcanzó un principio de acuerdo.

Enrique Losada, presidente del Puerto, dijo que el Langosteira conlleva "actividad, empleo y riqueza" y por eso es necesario que los terrenos desafectados a la ciudad "se patrimonialicen" y "se moneticen".