Un año más, Vigo vuelve a rememorar su histórica gesta: el alzamiento popular del 28 de marzo de 1809, que la convertiría en la primera localidad de Europa que lograba expulsar al ejército de Napoléon de una plaza conquistada.

Para entender el levantamiento vigués hay que remontarse a enero de 1809, con la ocupación de Galicia por parte de los ejércitos al mando de los mariscales napoleónicos Soult y Ney y la posterior firma de la "capitulación honrosa" de la plaza de Vigo a los franceses por el nuevo gobernador militar Juan de Villavicencio.

La por entonces todavía villa ve cómo el 31 de enero entran por la puerta de A Gamboa los húsares franceses, a los que seguirían 1.200 soldados de infantería por la Porta do Sol y, finalmente, 450 dragones de caballería.

Los continuos saqueos en toda la comarca pronto encendieron la mecha de la rebelión. Desde el mismo momento de la capitulación, una red de enlaces mantuvo el contacto de las autoridades encerradas en Vigo con las del exterior. Al mismo tiempo, fuera de las murallas se suceden reuniones de las fuerzas civiles, militares y religiosas y se empiezan a organizar milicias populares cuya consigna es liberar la villa de las fuerzas de ocupación.

El 15 de febrero, el mariscal Soult sale de Vigo con la mayor parte de las fuerzas francesas para emprender la invasión de Portugal, dejando a unos 2.000 hombres al mando del coronel Chalot.

El cerco de la villa comienza apenas un mes más tarde, el 17 de marzo. La situación dentro de las murallas es cada vez más difícil, no solamente para los vigueses, sino también para unas tropas franceses con la moral muy minada debido a la escasez de víveres.

Fuera de las murallas se concentran ya unas 4.000 personas, mientras que las fragatas inglesas Lively y Venus, fondeadas en la ría, permiten el bloqueo por mar. Ante tal situación, se conmina a Chalot a rendirse. El coronel finalmente pacta la capitulación el 27 de marzo, pidiendo un plazo de tregua al también coronel Pablo Morillo. Pero pasado el plazo, la guarnición sigue sin rendirse, por lo que, sospechando que los franceses solo tratan de ganar tiempo a la espera de refuerzos, se decide el asalto, en connivencia con 300 voluntarios que el alcalde Vázquez Varela tenía ya preparados en el interior.

El ataque comienza el 28 de marzo, desde las puertas de A Falperra y A Gamboa. Ésta última es abierta a machetazos por el capitán de granaderos Bernardo González del Valle, ´Cachamuíña´, después de que, según reza la tradición, lo intentase un viejo marinero de O Berbés, ´Carolo´, quien caería muerto bajo los disparos enemigos.

El fuego de fusilería francesa causaría numerosas bajas, pero en unas horas llegaría la rendición de Chalot y la reconquista de Vigo. Los vencidos, unos 1.500 hombres, serían embarcados como prisioneros en las fragatas inglesas, dejando sus municiones y un cuantioso botín de guerra para los vencedores, que comandarían luego la liberación de toda Galicia, desde Tui a Compostela, hasta la decisiva batalla de Pontesampaio, en el mes de junio, que supuso la retirada definitiva de las tropas napoleónicas.

Gracias a la gesta, Vigo recibiría el 1 de marzo de 1810 el título de ciudad "Fiel, Leal y Valerosa".