El obispo Luis Quinteiro ofició ayer la Misa Solemne de la Vigilia Pascual en la concatedral de Santa María. Los cristianos celebraron una espera "callada y serena", como la describió el obispo, en la noche en la que se vela el cuerpo de Jesús y se espera su resurrección.

Los feligreses custodian simbólicamente el cuerpo de Jesús en una noche de duelo que se sabe a la vez feliz, por la victoria de Cristo Resucitado y la redención del pecado de la humanidad.

Frente a los pasados días de recogimiento, hoy, domingo de Pascua o Resurrección, es un día festivo para los católicos porque, según los evangelios, Jesús resucita para vivir eternamente. En este día se pone fin a la Semana Santa y comienza el Tiempo de Pascua, que dura 50 días y termina en Pentecostés, cuando se celebra la venida del Espíritu Santo y el inicio de las actividades de la Iglesia. Es también el día en el que se entregan los 10 mandamientos la pueblo de Israel.

Sin procesión el viernes

La Semana Santa viguesa se ha quedado sin uno de sus días grandes. El mal tiempo que se registró el viernes pasado en la ciudad obligó a suspender las dos procesiones programadas para la tarde.

La procesión del Santo Entierro, que tenía previsto salir a las siete y media de la tarde de la Concatedral y la de la Virgen de la Soledad, que partía desde la iglesia de Rosalía de Castro, tuvieron que cancelarse por culpa de la lluvia. Otras ciudades gallegas también se quedaron sin ver a sus imágenes desfilar por las calles por el mismo motivo, como la multitudinaria El Santo Encuentro de Ferrol.