Menos asuntos... Pero entre los que hay se están encontrando con delitos de gran complejidad. Y todo ello con la "presión" que suponen los nuevos límites en la duración de la instrucción de los delitos: un plazo ordinario de 6 meses para las consideradas causas sencillas y de 18 meses, con la posibilidad de prorrogarse, para las complejas. Un imperativo que deriva de la reforma legal del pasado diciembre.
La despenalización de ciertas infracciones leves ha provocado que no haya que reservar tantas mañanas para juicios como antes. "Eso se nota, te queda más tiempo para dedicar a otros asuntos de más calado", reconoce una magistrada. Pero ello "no significa" que haya bajado el trabajo. Por un lado, coinciden varias fuentes consultadas, ya se viene percibiendo desde hace tiempo que cada vez hay más delitos que requieren una investigación "más complicada". "Delitos contra la ordenación del territorio, económicos, defraudaciones a Hacienda, mucha estafa y otros ilícitos por internet...", señalan. "A veces hay que llamar a declarar a mucha gente, se requieren complejos informes periciales, hay que estudiar testimonios y documentación...", describen.
Y después están los plazos de 6 meses de la instrucción. "Te obligan a ir rápido, rápido, rápido, a una velocidad que no es normal, cuando muchas veces cumplirlos no depende del juez ni del juzgado; hay citaciones que se demoran meses por causa ajenas, lo mismo ocurre con informes periciales que tardan en ser remitidos...; nadie tiene interés en tener un asunto parado en el juzgado", resumen en un tribunal. Si no da tiempo a cumplir el plazo, la causa debe declararse compleja.