El centenario olivo situado en el Paseo de Alfonso XII ha recibido esta mañana una muestra de cariño con motivo del Día del Árbol. El Concello convocó un "abrazo colectivo" al longevo ejemplar para reivindicar el respeto a la naturaleza y la lucha contra el cambio climático.

El alcalde, miembros de la corporación local y algunos vecinos rodearon al símbolo de la ciudad con una cadena humana este mediodía, escenificando un abrazo.

El emblema de la ciudad cuenta ya con 162 años y goza de una buena salud. El árbol procede de un esqueje del olivo plantado por los Caballeros de la Orden del Temple entre los siglos XII y XIII en el atrio de la antigua colegiata. Con la construcción del nuevo templo en 1816 fue talado, y Manuel Ángel Pereyra, administrador de la Aduana, plantó primero el esqueje en una huerta de la Porta do Sol. Treinta años después el ejemplar se trasladó al Paseo de Alfonso. Allí fue protegido con una verja de hierro, donde se colocó una placa de bronce acreditando la promesa que hicieron los vigueses de "Amor, lealtad y abnegación por la ciudad amada" el 14 de agosto de 1932.