El juez decano, Germán Serrano, intervino ayer, junto a Alfonso Rueda, en una mesa redonda organizada para resolver dudas a los ciudadanos sobre la reforma que sufrirá el Xeral. Mientras Rueda explicó el proceso administrativo hasta la apertura del edificio, Serrano hizo un llamamiento a los arquitectos para que sus proyectos tengan en cuenta la singularidad de la labor que el edificio va a acoger y, en este sentido, ofreció algunas indicaciones prácticas.

La primera recomendación que hizo fue que la propuesta nazca "con cierta flexibilidad" para acoger futuras modificaciones, ya que la administración está en continuo cambio. Incidió además en la necesidad de adecuar los accesos porque por las sedes judiciales "pasa mucha gente y muy variopinta", y recalcó que se debe evitar el "cruce desagradable" entre víctima y agresor, especialmente en los casos de violencia de género o agresiones sexuales. "Es fundamental que la atención a la víctima se pueda realizar de forma digna y que encuentre la confidencialidad necesaria de la que ahora mismo carecemos", aseveró. También incluyó a las personas en riesgo de exclusión social.

Ante unos 150 asistentes, el juez ahondó en la necesidad de que el inmueble sea práctico para el desempeño de la actividad judicial pero también "amable" para los usuarios, con zonas diáfanas y de fácil acceso. "El objetivo es que profesionales como usuarios se sienten a gusto en el nuevo edificio", resumió.

El consenso de todas las administraciones para llevar a cabo el proyecto ha creado un efecto en los profesionales judiciales y también en los ciudadanos que el juez calificó de "ilusión colectiva". Y añadió que "entre todos" podrán construir "una gran obra".