La vuelta de Vigo al Plan Xeral de 1993 ha ocasionado un grave trastorno urbanístico a la ciudad. El freno a la legalización de O Piricoto es la última muestra, pero antes ya se evidenciaron los problemas de la anulación del PXOM de 2008 con varias sentencias, una de ellas tumbando el plan especial del Barrio do Cura. Este ya contaba con autorización definitiva y estaba pendiente de que los promotores solventasen los problemas de financiación para arrancar las obras.
El Plan de 2008 recibió más de un centenar de recursos, y resistió todos tanto en el TSXG como en el Supremo hasta la sentencia que lo anuló por una deficiencia en la tramitación ambiental de la Xunta. Solo unos días después empezaron a caer fallos en cascada sobre distintos ámbitos en litigio.
El Supremo estimó el recurso contra el de Beiramar, donde el PXOM proyectaba un millar de viviendas y que era clave para regenerar la fachada marítima. También prosperó la demanda contra el ámbito de Guixar, que transformaría una franja de 150.000 m2 para usos residenciales, comerciales, hoteleros y dotacionales. Igualmente cayeron el de Cruceiro, en Alcabre, en el que el planeamiento diseñaba un millar de viviendas y una gran superficie; y el de Cabo Estai Sur, con 400 inmuebles.
Todas las grandes urbanizaciones que preveía el PXOM de 2008 quedaron bloqueadas, caso de las citadas y otras como Praza de España, A Seara, Tomás Paredes (ya a punto de obtener la licencia) y las de Samil en tramitación.
Las ya construidas amenazadas de desalojo o derribo que lograron licencias y sentencias firmes favorables están en principio salvadas. Solventaron sus problemas entre otras la de Jacinto Benavente y Finca do Conde. En situación de incertidumbre siguen, además de O Piricoto, las Torres Ífer y los apartoteles de Samil, con litigios aún abiertos.
