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La misión antártica arriba al campus

La expedición viguesa ya está de vuelta tras 21 de trabajo de campo en isla Decepción -Las muestras de fauna y macroalgas llegarán en abril a bordo del "Hespérides"

De izq. a dcha., Lastra, García Gallego, Souza, López y otro miembro de la base en isla Decepción.

Tras 21 días de intenso trabajo en una de las zonas más vírgenes del planeta, la expedición viguesa a la Antártida ya está de vuelta en el campus y organizando el futuro análisis de las muestras de algas y microfauna que no arribarán a Cartagena hasta el próximo mes de abril a bordo del buque oceanográfico Hespérides.

"El balance es bastante bueno. Hicimos todo lo que teníamos previsto porque el tiempo, aunque tuvimos un par de borrascas, fue lo suficientemente bueno. La situación ya estaba un poco cruda porque se acerca el invierno y siempre salimos a navegar [se desplazaban en zódiac a las playas] al límite permitido por los militares de 17-18 nudos de viento", relata Mariano Lastra, coordinador de la sexta campaña viguesa.

El equipo -que completan los biólogos Jesús Souza, Jesús López y Manuel García Gallego- abandonó la base Gabriel de Castilla, en isla Decepción, el pasado 29 de febrero junto con el resto de investigadores y el contingente militar de la Brilat que se ocupó de la XXIX Campaña Antártica Española. Las instalaciones quedaron clausuradas hasta el próximo verano austral, cuando el grupo gallego regresará de nuevo para continuar con sus estudios.

El objetivo del proyecto es estudiar los efectos del calentamiento sobre los varamientos de macroalgas en las playas de esta isla volcánica con zonas de calentamiento termal. Uno de los experimentos realizados consistió en la instalación de 8 campanas de policarbonato en la bahía Foster para estudiar el efecto invernadero que producían sobre las algas.

"Lo pudimos realizar durante los 14 días previstos, aunque el viento y las tormentas se llevaron una de las campanas y la destrozaron. De ese experimento tenemos casi un metro cúbico de muestras en formol que nos darán trabajo hasta la próxima campaña. Otras llegarán congeladas. Nosotros haremos todos los análisis que podamos y también derivaremos cosas al Cacti", explica Lastra.

La expedición contó con la baja de José Mora, de la Universidad de Santiago, por lo que los cuatro biólogos tuvieron que repartirse más trabajo: "Los días que no pudimos salir de la base nos vinieron bien para extraer muestras y pasarlas los datos al ordenador".

Souza, director de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla, ya había estado en la Antártida pero se incorporó a este viaje en el último momento. "Hizo un trabajo de recogida de fauna de menos de medio milímetro, comparando las especies de las zonas frías y calientes, tanto sumergidas como en el intermareal. No hay muchos estudios publicados al respecto y seguramente saldrán cosas interesantes", avanza Lastra.

Los investigadores vigueses y el comandante de la Brilat Alberto Salas explicaron sus estudios y la rutina de la base durante una videoconferencia celebrada a finales de febrero en Biología para celebrar los 25 años de la titulación y el décimo aniversario de la Ecimat. "Fueron los alumnos los que lo propusieron y estuvo muy bien", destaca.

Durante su intervención, el comandante alabó la profesionalidad de los científicos. "Allí nos llevamos todos muy bien. La concentración es máxima y no cabe más que las cosas funcionen como un reloj suizo.", apunta Lastra.

Todos los investigadores de la XXIX Campaña se reunirán en Madrid para valorar la misión y a los vigueses les han pedido que aporten ideas para construir el nuevo laboratorio de la base: "Conocemos bien las instalaciones. Las hemos disfrutado y sufrido y tienen previsto mejorarlas el próximo año".

Aunque el biólogo se encontró con más nieve que otros años y mucha fauna -pingüinos, lobos y focas leopardos-, lamenta que cada día veían cruceros con cientos de turistas. "Solo pueden bajar en determinadas zonas pero la presencia humana siempre altera y algún día pasará un accidente", advierte.

Souza y García, entre los primeros "pingüirinos"

  • La bandera jacobea ondeó en la base Gabriel de Castilla hasta su cierre y fue desembarcada en Ushuaia la semana pasada durante el acto que oficializó la ciudad argentina como paso para los peregrinos de la ruta más larga desde la Antártida hasta Compostela.Regresará a España a bordo del Hespérides y en verano será escoltada por los militares de la Brilat en una caminata hasta el Obradoiro. Entres esos primeros "pingüirinos" de la historia estarán Jesús Souza y Manuel García Gallego, que ya expidieron sus credenciales en isla Decepción y también en Ushuaia. "Yo los acompañaré caminando si puedo, pero sí que iré a la misa en al catedral", asegura Lastra.

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