Hombres y mujeres salieron ayer a la calle para pedir la igualdad de género en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Bajo el lema "Construyendo feminismo, destruyendo capitalismo" los cerca de 200 manifestantes resaltaron el protagonismo de la mujer en una sociedad libre y sin distinción de género con gritos y cánticos.

Diferentes organizaciones feministas y políticas caminaron junto a los ciudadanos desde la Plaza de Portugal hasta la de la Princesa reclamando la construcción de alternativas al actual modelo patriarcal, que relega a la mujer a un segundo plano en la vida laboral, social y familiar. Pidieron "una sociedad de hombres y mujeres libres e iguales sin opresiones étnicas, religiosas y con libre ejercicio de su sexualidad".

Recordaron que el machismo está "naturalizado" dentro del día a día y que hay que combatirlo desde los gestos cotidianos, valorizando el trabajo doméstico, a las políticas discriminatorias que no permiten la emancipación de la mujer.

El acto tuvo lugar a las ocho de la tarde, pero durante la mañana también se produjo una concentración organizada por los sindicatos para protestar por las condiciones laborales de precariedad que sufren las trabajadoras, especialmente del textil, por lo que se citaron frente a diferentes tiendas de ropa.

Este día reivindicativo se convirtió también en un momento idóneo para recordar la situación de las refugiadas, más expuestas a la violencia sexual y a la explotación que los hombres. La Marcha Mundial de las Mujeres acusó a la Unión Europea de responder con "militarismo" al cerrar los pasos a los países occidentales. Junto al resto de organizaciones llamaron a la fraternidad tanto con hombre como con mujeres que huyen de sistemas de extrema violencia y pobreza. La manifestación se cerró con tres palabras: "Justicia, paz y solidaridad".