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Control de los aparcamientos para personas con necesidades específicas

El Concello blinda las plazas de discapacitados con mil multas y 30 tarjetas retiradas por fraude al año

Duplicó el número de aparcamientos hasta 700 en el último lustro, la mayoría a petición de personas con movilidad reducida - "Los habilitamos a demanda y estudiamos cada caso de forma individualizada", destaca

Una de las 700 plazas de aparcamiento de la ciudad para personas con movilidad reducida. // A. Irago

El Concello mantiene firme su compromiso acabar con todos aquellos obstáculos que dificultan el día a día a las personas con movilidad reducida, especialmente en materia de tráfico. Que Vigo disponga en el centro de un ratio de plazas de aparcamiento para discapacitados superior al fijado en la normativa autonómica (contempla 1 por cada 40, mientras que la ciudad presume de 1 por cada 33), no siempre es sinónimo de éxito para quien necesita hacer uso de ellas. Y es que a diario son "bloqueadas" por multitud de conductores que, pese a no tener ningún tipo de limitación física, no vacilan en dejar su coche complicando la movilidad de aquellos que sí las necesitan y para las que están diseñadas. Las estadísticas de la Policía Local demuestran, no obstante, que los agentes están trabajando a destajo para impedir que esto ocurra y erradicar esta mala práctica blindando los estacionamientos. Solo en el último año impusieron casi mil denuncias, una elevada cifra que es todavía más significativa si cabe dada la mayor dificultad que supone controlar si los vehículos llevan en su salpicadero la correspondiente tarjeta y si es el titular de la misma el que la está utilizando. "Se están vigilando de forma sistemática", admiten fuentes oficiales.

Dejar el coche en una plaza reservadas para personas con discapacidad física está tipificado como grave y conlleva una multa económica de 200 euros. Pero esta elevada cuantía no parece suficiente para disuadir a muchos conductores dado el elevado número multas. Pero esta mala práctica puede salir todavía más cara. Concretamente 133,4 euros, que es la tasa municipal por retirar el vehículo del depósito municipal en caso de que sea enganchado por la grúa, algo muy habitual cuando el infractor está interrumpiendo una de estas plazas.

Pero el trabajo de la Concejalía de Tráfico y de los agentes locales va más allá de controlar que los estacionamientos están libres de intrusos. Desde hace años, y a petición de las propias asociaciones y colectivos de personas con movilidad reducida, redoblaron sus esfuerzos para evitar la picaresca con las tarjetas. Primero -ya hace más de un lustro- creando una cédula de plástico con un holograma con el escudo de la ciudad y con una foto digitalizada del titular para evitar que, como ocurría hasta entonces con las de papel, pudieran ser falsificadas. Este problema -confirman fuentes municipales - se erradicó "prácticamente por completo" con esta medida.

Pero hay otra malicia que se mantiene: aprovecharse de la tarjeta de discapacitado de un familiar, amigo o desconocido para aparcar en estas plazas. Solo por este motivo se retiraron en el último año casi 30 tarjetas. Las ventajas van más allá de aparcar rápido y también son económicas, ya que están exentos de pagar la "zona azul".Pero la cédula es nominal, y sólo se puede estacionar en estas plazas cuando es su titular el que conduce o está siendo transportado. De lo contrario, que el vehículo lleve la identificación no es suficiente para tener vía libre.

Controlar esta mala práctica es todavía más difícil, ya que exige que los agentes estén en el lugar en el mismo momento que se comete la infracción, de lo contrario, es imposible que sepan si el titular de la tarjeta viaja o no en el coche. Por ello, además de los casos que pueden descubrir en su labor diaria de patrulla, la Policía Local realiza cada año varias campañas para asegurarse que están siendo bien utilizadas. El uso fraudulento de la cédula puede suponer multas de hasta 300 euros.

Nuevos estacionamientos

El número de aparcamientos aumenta año a año. Solo en el último lustro se pasó de 350 plazas a casi 700. La mayoría de las que se han ido habilitando en los últimos ejercicios responden además no solo al estudio de los propios técnicos, sino a la petición expresa de usuarios. "Todas las solicitudes que se reciben son objeto de atención preferente y se tienen en cuenta tanto el número de tarjetas expedidas en el ámbito afectado, como las plazas reservadas ya existentes y las características de la zona en relación con el acceso a las mismas", garantizan.

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